El viejo truco del juego sucio

EL VIEJO TRUCO DEL JUEGO SUCIO

Escribe: Ciudadano Jaime Paredes Calla

Comparto una buena y una mala noticia para nuestra derecha peruana: la muy buena es que Keiko Fujimori está cerca de ser la primera Presidenta del Perú, la mala noticia es que los peruanos ya no caemos en el juego de las sucias campañas que se emprenden cuando alguna alternativa política que propone cambiar el statu quo, emerge firme, junto a un equipo humano impulsor que no está manchado con actos de corrupción.

Este proceso electoral, nuevamente nos retrotrae a recientes campañas: las municipales y regionales del 2010 (en particular a la alcaldía de Lima Metropolitana) y las generales del 2011. En ambos casos, la “satanización” y el miedo fueron el desesperado recurso al que acudió la derecha, en particular la catalogada como “bruta y achorada” (DBA).

Estas prácticas tienen larga data, ¿recuerdan a cierto régimen de connotaciones delincuenciales que hizo de la mentira y la diatriba una impune práctica institucionalizada entre actores políticos y medios de comunicación?, ¿recuerdan cuando desde el aparato estatal del gobierno nacional se satanizaba sistemática y antidemocráticamente a las organizaciones de izquierda, sean sociales y/o políticas, vinculándolas con el terrorismo que padeció nuestro país en el proceso del conflicto armado interno desatado desde la década de los ochenta? Cualquier parecido con el momento actual con campañas que pretenden infundir miedo, NO es pura coincidencia.

Ya sabemos que lo que corresponde ahora es generar pánico financiero, que el dólar se incremente y se presente la amenaza de una contracción de las inversiones, así como que se catalogue de “chavista” a una candidatura que representa un cambio, así sucedió con Villarán, luego con Humala, y ahora le toca a Verónika Mendoza. Afortunadamente, los peruanos sabemos perfectamente que estas campañas sucias ¡ya no van más! Sino recordemos cuando con Susana Villarán casi se anunciaba el apocalipsis en Lima porque un gobierno DE IZQUIERDA iba a ejercer las riendas de la capital peruana, ¿y sin embargo, qué sucedió?:

La gestión municipal de Villarán fue más eficiente que las anteriores gestiones municipales en cuanto a gasto e inversión (¿no que con la izquierda las inversiones se iban a contraer?), se consolidó una alianza con el sector privado, alcanzando la histórica suma de US $ 2,800 millones de dólares en obras e infraestructura para la ciudad de Lima (nunca antes en su historia Lima había dispuesto de tantos fondos comprometidos exclusivamente en beneficio de la ciudad).

La gestión “izquierdista” de Villarán recibió la calificación “BBB” por la calificadora Fitch Ratings, que se da únicamente a aquellas instituciones que a nivel mundial alcanzan “un excelente grado de inversión” (¿no que las inversiones se contraerían?).

La calificadora de riesgo “Moody´s” elevó la calificación de Lima a “Baa3”, reconociendo un “sólido desempeño fiscal y la sólida posición de liquidez”, sí, de la gestión izquierdista de Villarán.

Sin embargo ya sabemos que la DBA seguirá con la cantaleta que una gestión de izquierda se opone a la inversión, sin embargo los peruanos sabemos que esas mentiras ya no pegan y que ¡no van más!

Es momento que erradiquemos las prácticas heredadas del cleptocrático régimen fujimontesinista, nuestro país no merece tropezar con la misma lacra de la corrupción institucionalizada.


Quizá necesitamos un cambio, que considere una revalorización del sentido de hacer política, quizá es momento que como parte de ese cambio nuestro país tenga por vez primera a una mujer como su Presidenta, quizá requerimos que la antorcha de la esperanza siga fulgurando firme.

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