La condecoración de la vergüenza: Mari Carmen Alva y el Paco Yunque peruano

El Congreso de la República del Perú ha decidido condecorar a su expresidenta, Mari Carmen Alva, con la medalla en el grado de Gran Cruz, en medio de cuestionamientos por su gestión y su actitud racista, autoritaria y prepotente. Esta decisión es un contrasentido que ofende al pueblo peruano, que ha sufrido las consecuencias de un Parlamento que ha actuado con intereses particulares y no con el bien común.

Mari Carmen Alva es la viva representación de “Humberto Grieve”, el personaje del cuento de César Vallejo, que abusa y humilla a “Paco Yunque”, el niño pobre e inocente que sufre en silencio. Alva ha abusado de su poder para presionar a otros congresistas, como Francis Paredes, para que cambien su voto a favor de la bicameralidad, una reforma que buscaba beneficiar a los parlamentarios y no al país. Alva también ha humillado a gobernadores, autoridades nacionales e internacionales, y hasta al propio expresidente Pedro Castillo, con quien ha tenido constantes enfrentamientos y desplantes. Alva ha sido cuestionada por varios sectores políticos y sociales, e incluso se presentaron mociones de censura en su contra, pero ella ha negado sus errores y ha minimizado sus actitudes hostiles.

Paco Yunque es el pueblo peruano, que ha sido testigo de las arbitrariedades y los desaciertos del Congreso, que ha sido víctima de la crisis política y social que se ha agudizado durante la pandemia, que ha salido a las calles a protestar contra el golpe de Estado que encabezó Manuel Merino, otro personaje que también fue condecorado por Alva, en un acto vergonzoso e indignante. El pueblo peruano es el que ha sufrido las consecuencias de un Parlamento que no lo representa ni lo respeta, que no legisla ni fiscaliza con responsabilidad y transparencia, que no dialoga ni consensua con los otros poderes del Estado.


La condecoración de Mari Carmen Alva es un insulto al pueblo peruano, es una burla a la democracia, es una muestra de la desconexión y el desprecio del Congreso hacia la ciudadanía. Es una medalla manchada por la corrupción, la ineficiencia y la soberbia. Es una medalla que no merece ser lucida ni recordada. Es una medalla que debe ser devuelta o rechazada por quien tenga un mínimo de dignidad y respeto por el Perú.

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