Beneficios de la actividad física y las frutas para el organismo y la salud pública

La actividad física es una de las mejores formas de cuidar nuestra salud y bienestar. Practicar ejercicio regularmente nos aporta múltiples beneficios para el organismo, tanto a nivel físico como mental. Además, la actividad física tiene un impacto positivo en la salud pública, ya que previene y reduce la carga de enfermedades crónicas, mejora la calidad de vida de las personas y promueve el desarrollo social y económico. En este artículo te explicamos algunos de los principales beneficios de la actividad física para el organismo y la salud pública, y qué frutas puedes consumir antes y después de salir a correr.

Beneficios de la actividad física para el organismo

Hacer ejercicio nos ayuda a:

- Controlar el peso: el ejercicio nos permite quemar calorías y evitar el exceso de grasa corporal. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), se recomienda hacer al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada por semana para mantener un peso saludable.
- Prevenir y reducir enfermedades: el ejercicio mejora la circulación sanguínea, regula la presión arterial, fortalece el sistema inmunológico y previene el desarrollo de enfermedades crónicas como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer o la osteoporosis.
- Mejorar el estado de ánimo: el ejercicio libera endorfinas, sustancias químicas que nos hacen sentir felices, relajados y menos ansiosos. Además, el ejercicio aumenta la autoestima, la confianza y el bienestar psicológico.
- Aumentar la energía: el ejercicio mejora la oxigenación y el transporte de nutrientes a los tejidos, lo que nos permite tener más fuerza, resistencia y vitalidad. El ejercicio también mejora la calidad del sueño, lo que nos ayuda a descansar mejor y a recuperarnos del cansancio.
- Mejorar la función cognitiva: el ejercicio estimula el cerebro, mejora la memoria, la atención, la creatividad y el aprendizaje. El ejercicio también previene el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento y reduce el riesgo de padecer demencia o Alzheimer.

Beneficios de la actividad física para la salud pública:

La actividad física no solo beneficia a las personas individualmente, sino también a la sociedad en su conjunto. La actividad física contribuye a:

- Reducir los costes sanitarios: la actividad física previene y reduce la incidencia y la mortalidad de enfermedades no transmisibles, que suponen una gran carga económica para los sistemas de salud. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades no transmisibles son responsables del 71% de las muertes en el mundo y generan un coste anual de 7 billones de dólares.
- Promover el desarrollo sostenible: la actividad física fomenta el uso de medios de transporte activos, como caminar o ir en bicicleta, que reducen las emisiones de gases de efecto invernadero y mejoran la calidad del aire. La actividad física también favorece el uso y la conservación de los espacios verdes y naturales, que ofrecen beneficios ambientales y sociales.
- Fomentar la cohesión social: la actividad física facilita la interacción social, el sentido de pertenencia y la solidaridad entre las personas. La actividad física también promueve la inclusión, la equidad y el respeto a la diversidad, al ofrecer oportunidades para todas las personas, sin importar su edad, género, capacidad o condición socioeconómica.

Qué frutas consumir antes y después de correr:

Las frutas son alimentos ideales para los corredores, ya que nos aportan hidratos de carbono, vitaminas, minerales, antioxidantes y agua. Sin embargo, no todas las frutas tienen el mismo efecto en nuestro organismo, por lo que conviene elegir las más adecuadas según el momento del día y el tipo de ejercicio.

Antes de correr, los especialistas recomiendan consumir frutas que tengan un bajo índice glucémico, es decir, que liberen la glucosa de forma lenta y constante, para mantener los niveles de energía durante la carrera. Algunas de estas frutas son las manzanas, las peras, las uvas, las fresas, las ciruelas, las cerezas, las moras y los arándanos. También se puede consumir un plátano, que nos aporta potasio y azúcar natural.


Después de correr, se recomienda consumir frutas que tengan un alto índice glucémico, es decir, que aporten glucosa rápidamente al organismo, para reponer las reservas de glucógeno y favorecer la recuperación muscular. Algunas de estas frutas son la sandía, el melón, el mango, la piña, las pasas y el zumo de naranja natural. También se puede tomar fruta fresca como naranjas o manzanas, que nos aportan vitamina C, fibra y agua.

La actividad física es una práctica saludable que nos beneficia en muchos aspectos. Para aprovechar al máximo sus efectos positivos, es importante combinarla con una alimentación equilibrada y variada. Las frutas son unos aliados perfectos para los corredores, siempre que sepamos elegir las más adecuadas según el momento del día y el tipo de ejercicio. Así, podremos disfrutar de correr y de cuidar nuestra salud al mismo tiempo.

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