En julio de 1992 ocurrió el caso La Cantuta, el cual involucra la desaparición y asesinato de nueve estudiantes y un profesor de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle en Lima. Los responsables directos fueron miembros del Grupo Colina, una unidad de inteligencia del Ejército peruano, quienes secuestraron a las víctimas y las ejecutaron en un descampado, enterrándolas en fosas comunes. Desde entonces, familiares y organizaciones de derechos humanos no han dejado de luchar por justicia durante años, hasta que en 2009 se condenó a los responsables a 25 años de prisión, incluyendo al ex-presidente Alberto Fujimori, quien fue sentenciado como autor mediato.
Treinta años después del secuestro y asesinato de estudiantes de la Universidad La Cantuta por el destacamento Colina en Perú, los restos encontrados en las fosas de Cieneguilla finalmente han sido identificados mediante pruebas de ADN realizadas por el laboratorio del Instituto de Medicina Legal en Lima. En 1993, algunos de los restos habían sido enviados a un laboratorio en Inglaterra para su análisis, pero sólo se obtuvo un perfil genético de uno de los estudiantes, Felipe Flores Chipana. Sin embargo, en 2022, una valija que contenía las muestras de ADN fue encontrada en un archivo en Birmingham, y las pruebas realizadas en Lima identificaron a Dora Oyague, Marcelino Rosales, Bertila Lozano y Felipe Flores Chipana. Las familias de los estudiantes asesinados recibieron la noticia con sentimientos encontrados, aliviados por finalmente poder enterrar a sus seres queridos pero sufriendo por la confirmación de su muerte.
Además de los estudiantes, se identificó también a Armando Amaro Cóndor, cuyo fragmento de codo fue encontrado en las fosas de Cieneguilla. Con estos hallazgos, se han identificado cinco de los estudiantes y se espera encontrar los restos de otros cuatro. También se hizo una comparación preliminar entre los restos hallados y el profesor Hugo Muñoz, pero aún no se ha identificado su cuerpo.
A pesar de estos avances, la Fiscalía aún no ha confirmado cuándo financiará el resto de las labores de búsqueda en Cieneguilla, y mientras tanto, los restos ya identificados no serán entregados a las familias. Este retraso prolonga el dolor de los familiares, muchos de los cuales son ancianos que han esperado décadas para dar una cristiana sepultura a sus seres queridos. Una muestra de un fragmento frontal no pudo ser relacionada con los familiares de las víctimas, lo que sugiere que podría pertenecer a otra persona ejecutada o trasladada allí. Es importante continuar con la búsqueda para encontrar los restos faltantes y evitar seguir alargando el dolor de los familiares de las víctimas.
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