martes, 27 de marzo de 2012

Amnistía alerta el aumento de ejecuciones en Oriente Próximo

Amnistía alerta del aumento de las ejecuciones en Oriente Próximo

- Irán encabeza la lista de cuatro países responsables de la mayoría de los ajusticiamientos
- El informe no incluye las miles de penas de muerte que cree que se aplicaron en China
- Informe de Amnistía Internacional 'Condenas a muerte y ejecuciones 2011'

A pesar de la tendencia mundial hacia la abolición de la pena de muerte, el número de ejecuciones aumentó de forma alarmante el año pasado en los países que aún la practican. Así lo denuncia el último informe de Amnistía Internacional (AI) que se hace público este martes. La organización ha documentado 676 homicidios judiciales (frente a 527 en 2010), aunque el informe Condenas a muerte y ejecuciones 2011 no incluye los miles que cree que se llevaron a cabo en China y que este país mantiene en secreto. Tampoco muchos de los que se sospecha ocurren en Irán, el país responsable de más de la mitad de los ajusticiamientos registrados y que junto a Arabia Saudí, Irak y Yemen concentran el grueso del total. Estados Unidos se convirtió en el único miembro del G-8 que ejecutó a presos en 2011 (un total de 43), ya que por primera vez en 19 años Japón no llevó a término ninguna pena.

“La inmensa mayoría de los países se han distanciado de la aplicación de la pena de muerte”, declara Salil Shetty, el secretario general de AI. Esa organización se opone a la pena de muerte en todos los casos sin excepción, por considerar que “viola el derecho a la vida y es la forma más extrema de pena cruel, inhumana y degradante”. Según su último informe solo 20 de los 198 países del mundo llevaron a cabo ejecuciones el año pasado. El dato supone que el número de los que aplican la pena capital se ha reducido en más de un tercio respecto a hace una década. Este avance queda eclipsado en Oriente Próximo y China.

AI no da cifras concretas de lo que estima fueron “miles de personas ejecutadas en China en 2011, un número superior al conjunto del resto del mundo”. Dejó de hacerlo en 2009 porque llegó a la conclusión de que los datos que recopilaba en fuentes oficiales chinas eran muy inferiores al número real. En ese país las cifras sobre el número de ajusticiados se consideran un secreto de Estado.

“Amnistía Internacional emplaza a las autoridades chinas a publicar información sobre personas condenadas a muerte y ejecutadas, y a confirmar así su afirmación de que diversos cambios en la ley y en la práctica han provocado una importante disminución en la aplicación de la pena de muerte en el país durante los últimos cuatro años”, señala el informe. El texto aplaude que el Gobierno chino haya eliminado la pena capital para 13 delitos, sobre todo económicos y que se hayan presentado ante la Asamblea Nacional Popular propuestas para reducir el número de casos de tortura bajo custodia, reforzar la función de los abogados defensores, y garantizar que los sospechosos de delitos punibles con la muerte disponen de asistencia letrada.

En la región de Oriente Próximo y el norte de África, AI confirmó 558 ejecuciones en ocho países, aunque las revueltas que se produjeron en Libia, Siria y Yemen dificultaron la recogida de datos. La organización sospecha que en esos países “a menudo se recurrió a las ejecuciones extrajudiciales, la tortura y la detención arbitraria”. Los ajusticiamientos confirmados aumentaron casi un 50% respecto de 2010, pero cuatro países fueron responsables del 99% de los casos. Irán con al menos 360 homicidios judiciales, Irak con 82, Arabia Saudí con 68 y Yemen con 41, encabezan el macabro ránking. El aumento en Arabia Saudí e Irán equivale al aumento neto de 149 casos registrados en todo el mundo en el último año.

En ese reino árabe, el único país del mundo que utiliza la decapitación por espada, se triplicaron los ajusticiamientos poniendo fin a la tendencia descendiente que AI había constatado desde 2007. La organización muestra además su preocupación porque en el rico Estado petrolero hay “centenares de personas condenada a la pena capital”. Además, destaca el desproporcionado número de ciudadanos extranjeros entre ellas, y que la mayoría no recibe un juicio justo de acuerdo con las normas internacionales.

“A menudo carecen de abogado defensor, y en muchos casos no son informados de los progresos del procedimiento judicial al que están siendo sometidos. Pueden ser declarados culpables sin más pruebas que confesiones obtenidas mediante coacción o engaño”, asegura el informe.

Esa falta de garantías procesales y la extracción de confesiones bajo tortura o coacción es una característica común entre los países que recurren a la pena de muerte. Según AI, además de en Arabia Saudí, ocurrió en “Bielorrusia, China, Corea del Norte, Irán e Irak”. En estos dos últimos países, con el agravante de que algunas de esas autoinculpaciones se emiten por televisión antes de la celebración del juicio “conculcando una vez más el derecho de los acusados a la presunción de inocencia”.

Respecto a Irán, las preocupaciones de AI son múltiples. En primer lugar, asegura haber recibido “informes creíbles sobre un gran número de ejecuciones no confirmadas, e incluso secretas, que casi duplicarían la cifra reconocida oficialmente”. Además, la República Islámica ha ampliado el ámbito de aplicación de la pena de muerte a 17 delitos, a partir de la entrada en vigor en enero del año pasado de la nueva ley antinarcóticos. Al asesinato, la violación, la sodomía, la apostasía del islam o “propagar la corrupción en la tierra”, se suman ahora el tráfico o tenencia de más de 30 gramos de sustancia psicotrópicas sintéticas o la colaboración en la comisión de cualquier delito cuyo castigo original sea la pena perpetua.

“Al combinar datos de fuentes oficiales y no oficiales, se obtiene que al menos 488 personas fueron ejecutadas por presuntos delitos de drogas en 2011; esto supone más de tres cuartas partes del total de 634 ejecuciones reconocidas y no reconocidas, y casi el triple de las 166 que AI registró en 2009”, afirma el informe. El texto señala que los grupos marginados, como comunidades empobrecidas, minorías étnicas y extranjeros (especialmente afganos) corren más peligro de ser ejecutados por delitos de drogas.
La organización también se hace eco del temor de los activistas iraníes a que el Gobierno esté utilizando “la excusa de su guerra contra las drogas para ejecutar a opositores políticos”. Recuerda que tras las controvertidas elecciones presidenciales de 2009 ha habido varios ajusticiamientos relacionados con las protestas que suscitaron. “Varias de esas ejecuciones han tenido lugar específicamente cada mes de enero, lo que parece una advertencia a los posibles manifestantes de oposición en víspera de las celebraciones anuales por el aniversario de la revolución iraní, el 11 de febrero”, señala el texto. Especial mención merece la aplicación de la pena de muerte para cercenar la libertad de expresión en virtud de una ley de 2008.

AI denuncia con especial énfasis que Irán es el único país del mundo que sigue aplicando la pena de muerte a personas que cometieron delitos siendo menores de 18 años, en clara vulneración del derecho internacional. Cita tres casos confirmados y cuatro sin confirmar (también tiene sospechas de un caso en Arabia Saudí). También condena las ejecuciones públicas que en la República Islámica se llevan a cabo colgando a los reos de grandes grúas de construcción instaladas en medio de una plaza en la ciudad correspondiente. La empresa japonesa Tadano anunció el pasado julio su decisión de dejar de vender grúas a Teherán por ese motivo.

En otros casos, las autoridades iraníes optan por las ejecuciones secretas de las que no informan debidamente ni a las familias ni a los abogados de los condenados. De ahí la dificultad de establecer cifras precisas. AI recoge el desmentido que hizo al respecto el jefe del poder judicial, el ayatolá Sadegh Lariyaní, el pasado diciembre. Sin embargo, también cuenta con testimonios sobre ejecuciones colectivas en las prisiones. En el caso de la ominosa Vakilabad, a las afueras de Mashad, donde “se cuelga a los condenados de largas vigas en los vestíbulos”.

Similar secretismo impera en Irak, donde el Gobierno “rara vez desvela información sobre las ejecuciones”, según el informe. Aún así, AI ha logrado saber que 2011 al menos 68 personas fueron ejecutadas, entre ellas dos ciudadanos extranjeros y dos mujeres. “La mayoría de las condenas a muerte [se dictan] por pertenecer a grupos armados o participar en ataques perpetrados por éstos, incluidos asesinatos, secuestros, violaciones y otros delitos violentos”, constata la organización. Sin embargo, denuncia que “los procedimientos judiciales ante el Tribunal Penal Central de Irak son muy breves: a menudo duran sólo unos minutos antes de que se dicte sentencia”.

En el lado positivo, AI registró una disminución de la aplicación de la pena de muerte por parte de la Autoridad Palestina, así como en Líbano y Túnez. Además, “las autoridades de Argelia, Jordania, Kuwait, Líbano, Marruecos y Sáhara Occidental y Catar siguieron dictando condenas a muerte pero absteniéndose de ejecutarlas”. Emiratos Árabes Unidos rompió con esa moratoria informal al llevar a cabo su primera ejecución desde 2008.

Estados Unidos fue una vez más el único país de América y único miembro del G-8 –el grupo integrado por las principales economías mundiales– que ejecutó a presos, un total de 43 en 2011. No obstante, el informe de Amnistía señala que tanto las ejecuciones como las nuevas condenas a muerte han disminuido respecto a hace una década y celebra que Illinois se haya convertido en el 16º estado en abolir la pena capital. En Europa y países de la antigua Unión Soviética ya no se aplica ese castigo, salvo en Bielorrusia, que ejecutó a dos personas. Oceanía siguió siendo una zona sin pena de muerte, a excepción de cinco condenas a muerte impuestas en Papúa Nueva Guinea.

Fuente: El País

martes, 20 de marzo de 2012

Prisión por no saber el español

Siete años presa en Chiapas por no saber decir en español "yo no maté a mi hijo"

- Adela Ramírez nunca tuvo un intérprete en el juicio aunque solo hablaba lengua indígena

- El gobernador la libera tras reconocer que su detención fue injusta

Adela Ramírez salió de noche de la cantina del Tío Quique, en un pueblo indígena del norte de Chiapas (México), en la que trabajaba como cocinera o acompañando a los hombres a beber, según le pidiera su jefe. Aquella noche era 12 de noviembre de 2004 y bajo una faja de colores chillones, propia de las indígenas choles, se escondía un embarazo de ocho meses del que iba a ser su segundo hijo.

En el camino a su casa, Adela, que entonces tenía 22 años, perdió su propia historia. Analfabeta, pobre e indígena acabó encarcelada. Un expediente judicial incompleto muestra cómo a lo largo de los siete años y medio que pasó presa la Justicia puso en su boca diferentes versiones de lo que aconteció aquel día en el que salió de la cantina y terminó condenada por matar a su hijo. Hace unas semanas, el pasado 27 de febrero, el gobernador de Chiapas, Juan Sabines, decidió concederle la libertad, junto a otras dos reclusas, al considerar que su detención había sido injusta y selló el final de su historia con una fotografía, hecha pública por el Gobierno, en la que se ve a Sabines con cara sonriente y a Adela agarrada a su carta de libertad.

El juez que la sentenció a 15 años de prisión consideró probado que mató a su hijo porque no quería tenerlo. Aunque en el expediente judicial consta que Adela no sabía leer, escribir o hablar español, durante la vista nunca se le asignó un traductor. Ella fue poniendo su huella dactilar en toda cuanta versión se le ofrecía, sin entender apenas una palabra. Tuvieron que pasar varios años antes de que aprendiera español dentro de la cárcel para que su historia dejara de ser la de los demás y así poder completar el relato de aquel día de noviembre, que durante años quedó colgado en el momento en el que dejó la cantina.

Esa noche Adela asegura que se cayó por las escaleras de su casa. Con el golpe se le adelantó el parto y el niño no sobrevivió. Ella, tal y como explica su abogada, dice que se desmayó y que no se despertó hasta llegar al hospital, por lo que no sabe si el bebé llegó a respirar. La sentencia sostiene que sí lo hizo y acusa a Adela de dejarlo morir. “Una camarera, sola y pobre”, resume Martha Figueroa, abogada de mujeres, el resultado del caso.

La noticia de la liberación inesperada por parte del gobernador le llegó a Figueroa en Ciudad de México, donde asistía a un congreso. “Vendrán más liberaciones. Las mujeres nunca hemos sido oportunas hasta ahora, que están las elecciones cerca”, dice.

Figueroa habla sin tapujos del “pésimo” funcionamiento de la justicia y de la indefensión de las mujeres. “No digamos las indígenas”, dice. En México, el 95% de las sentencias son condenatorias, según datos de la asociación Renace, que trabaja en la defensa de personas sin recursos. La abogada corrobora que en la mayoría de los casos hay irregularidades en el procedimiento, que en el caso de Adela, sostiene, se unieron a “un sesgo discriminatorio injustificable”.

El gobernador reconoció en un comunicado tras la liberación que "existen otros casos" de mujeres indígenas injustamente encarceladas. "Gracias a las reformas legales realizadas en Chiapas en los últimos cinco años podrán alcanzar su libertad", aseguró.

Mientras el gobernador se pone a ello, el trabajo sigue para Figueroa, de 57 años y con más de 30 dedicada a la defensa de las mujeres que sufren marginación. Este mes ha logrado que salgan de la cárcel Magdalena Velasco y Rosa Álvaro. Las dos mujeres, también indígenas y analfabetas, acababan de cumplir un año en la prisión de San Cristóbal sin sentencia. Las detuvieron por, supuestamente, matar o intentar matar a sus hijos recién nacidos, aunque ellas los niegan. El trabajo de la abogada para exigir pruebas y un traductor cualificado ha logrado frenar una condena segura. Como Adela, se enfrentaban a una acusación de homicidio en grado de parentesco, con una pena de hasta 50 años.

El delito agravado por relación familiar fue una reivindicación histórica de los grupos feministas que lograron que se cambiara el código penal para que en caso de que un hombre matara a una mujer, la relación familiar no fuese un atenuante —como hasta entonces—, sino un agravante. “Se ha vuelto en nuestra contra. Casi nunca se usa para hombres, pero sí para acusar de homicidio a mujeres que sufren abortos o malos partos”, lamenta Figueroa.

Así fue en el caso de Adela, hasta que ella aprendió a hablar español y pudo contar qué pasó aquel día que acabó entre rejas. O, como diría la abogada, hasta que llegaron las elecciones y apareció el gobernador para hablar de derechos humanos y hacerse una foto.

Fuente: El País

Beatriz Merino y su apuesta por una Presidenta para el Perú

Beatriz Merino, en entrevista de Ana Núñez: “Nada le haría mejor a nuestro país que tener una mujer como presidenta”

Ex primera ministra, ex defensora del Pueblo y recientemente nombrada representante de quienes son acreedores de la deuda agraria.

-Tras su salida de las AFP, usted llamó a esta nueva etapa de su vida “de reinvención”. ¿Por qué?

–La reinvención significa la capacidad de tener una nueva visión sobre sí misma, de preguntarse dónde estoy y dónde quiero estar en los próximos cinco años o en los próximos días, y qué tengo que hacer para estar en ese lugar. Uno debe mantener la capacidad de no ser autocomplaciente con lo que uno ha logrado o con lo que uno es, y eso exige una reinvención. Esa es la modernidad y la juventud real: la capacidad de seguir teniendo objetivos, visiones y sueños.

–¿Y un nuevo sueño suyo es ser la primera presidenta del Perú?

–Nuestro país necesita a una mujer como presidenta porque se debe brindar la oportunidad a una persona que ejerce sus sentimientos sin temor, que sabe mostrar. En este país tan dolido, con tanta gente abandonada y que se siente abandonada, es necesario ese instinto maternal, que no es un tema biológico. Para entrar a ese Perú reinventado, nada le haría mejor que tener una mujer al frente. Ese sí es un sueño mío.

–Por esa convicción, y sabiendo que nada la motiva más que representar a los peruanos más vulnerables, ¿qué mejor oportunidad para ello que ser quien conduce el rumbo del país?

–No es un tema personal, así como he dicho que no es un tema de género. El Perú tendrá que encontrar a esa mujer, ese liderazgo que requiere. Pero yo sí creo que es momento. Yo veo con entusiasmo monumental a Argentina, Chile, Brasil, pareciera que ahora México, Alemania, Inglaterra, Estados Unidos casi… hace 50 o 60 años las mujeres ni votábamos, no podíamos elegir. Entonces, a mí me parece extraordinario que en una generación ya estemos en capacidad de dirigir y creo que en este país ya lo hemos demostrado. Lo único que falta es que aparezca esa candidatura que el país respalde.

–Más allá de su decisión sobre una posible candidatura, lo cierto es que hay un fortalecimiento de la figura de la mujer en la política. A don Isaac Humala le ha gustado mucho su teoría al respecto y ha agregado que la fuerte presencia de Nadine Heredia podría ser el nacimiento de un matriarcado en el Perú…

–Bueno, yo escucho esos comentarios con gran ternura… Tengo un aprecio personal por don Isaac desde mis años en la Defensoría del Pueblo, él tenía la bondad de asistir a las sesiones y en alguna oportunidad me escribió una carta personal que guardo con mucho cariño. Lo que él dijo es que le había parecido muy interesante lo que dije en relación con la Primera Dama.

–Usted salió al frente de las críticas en su contra…

–Yo dije varias cosas. En primer lugar, ya no está de moda eso de que los hombres llevan la voz cantante en los matrimonios. En segundo lugar y en relación directa con Nadine Heredia, dije que la democracia más consolidada del mundo occidental moderno es la de Estados Unidos, y ¿qué pasó con la señora Hillary Clinton después de haber sido ocho años primera dama? Fue elegida senadora de uno de los estados más importantes, Nueva York; y posteriormente fue una extraordinaria precandidata presidencial que compitió cuerpo a cuerpo con el actual presidente Barack Obama en las primarias. Si le hubiera ganado, habría sido la primera presidenta mujer de los Estados Unidos. Entonces, ¿qué tiene de malo que una mujer, después de haber sido Primera Dama, intente servir a su país en los cargos más importantes como senadora, canciller o presidenta? ¿Cuál es la razón de criticar a la señora Heredia si ese fuera su deseo?

–Usted no ve ningún problema…

–Ninguno. Y qué magnífico sería que ella se convirtiera en la mujer más respetada de este país durante 10 años. Ella o cualquier otra. Tenemos que empezar del pasado. En este caso es algo así como “compra uno y te damos dos”. Los peruanos votaron por Ollanta Humala y ahora tienen a su lado a una mujer con talento político y ganas de servir a su país en la vida pública. ¡Qué bueno! Ya el Perú decidirá cuál es el resultado de esa gestión que aún no tiene ni un año. Hasta ahora son buenos… Pero a mí sí me molesta ese tipo de ataques a la señora Heredia, por quien guardo un aprecio personal.

–Lourdes Flores ha expresado su interés; más allá de las diferencias políticas, Keiko Fujimori también estará en la partida; usted ha dicho que lo va a pensar…

–Yo solo he sonreído… Los hombres deben sentirse un tanto amenazados, ¿no? No debieran, ellos han gobernado este país por casi 200 años y ahora le toca a una mujer.

–Y usted ha dicho que nuestro país ha tenido la mala suerte de tener malos gobiernos…

–Pero ya esto se está corrigiendo. Además, el país ha vivido en dictaduras, una tras otra, ha vivido en corrupción. Pero debemos mirar el pasado solo para aprender de nuestros errores y no cometerlos más. Las épocas de la violencia, de violaciones de derechos humanos, de corrupción, no pueden volver más. Somos un país con el derecho de encontrar la felicidad para todos, sin dejar a un tercio de la población atrás.

–Usted se ha calificado como liberal sin temor por el rechazo que eso podría generar en ese tercio de gente al que alude…

–Cuando empecé la vida pública con nuestro premio Nobel Vargas Llosa, nuestras ideas eran las de una minoría absoluta. Hoy podemos ver que en la economía esas ideas han triunfado, traen el desarrollo económico y logran que poco a poco se vaya reduciendo la pobreza. Pero no solo en el Perú, sino en el mundo. El Muro de Berlín ya se cayó. Si ese es el liberalismo que muchos propugnamos y pensamos que debe ser una opción electoral en el Perú, lo que debería quedar fuera de esa opción electoral son los radicalismos de izquierda y los radicalismos de derecha, que solo buscan implantar la intolerancia, la discriminación, a veces el racismo, la destrucción y la violencia. Entonces, el Perú tiene que discurrir entre una izquierda moderna y una derecha moderna, entre un liberalismo democrático y defensor de los derechos humanos y una izquierda que respete las economías libres y las libertades.

–El liberalismo que propugna nos ha regido en los últimos 3 gobiernos? ¿No se siente representada por ellos?

–Por más que algunos se autoproclamen, yo no me siento representada en ninguno de ellos porque el liberalismo trae consigo una cantidad de propuestas que no han sido abordadas. No se trata de administrar la economía, se trata de acometer lo que está pendiente en la reforma del Perú. Hoy, por ejemplo, tenemos el problema de la terrible minería ilegal que trae lo peor a una sociedad, pero también es verdad que es una obligación del Estado trabajar en cómo incorporar a esos empresarios privados al mundo de la formalidad. No se trata de salir a destruirlos, sino incorporarlos a la formalidad. ¿Quién habla de eso?

–Finalmente, hoy tiene nuevo encargo, es representante de los acreedores de la deuda agraria…

–Lo primero que se debe decir es que el presidente Humala ha heredado este problema. Es evidente que los primeros meses de gobierno debían ser de ordenamiento (además lo ha hecho muy bien, acuérdese de la inestabilidad económica que había). Una vez pasado eso, es importante poner en la agenda pública temas pendientes de solución. El Colegio de Ingenieros, y otros bonistas, se han acercado a mí diciéndome: “necesitamos que se cumpla con nosotros como alguna vez se cumplió con los extranjeros…”.

–Pero es una deuda que alcanzaría los 4 mil millones de soles…

–No, la propuesta que me han traído tiene varios elementos. El primero es que no se trataría de un pago en efectivo, sino de un canje de bonos que hoy están emitidos en una moneda que ya no existe por bonos en la moneda actual. Para ello, evidentemente, como dijo el Tribunal Constitucional hace once años, hay que actualizar el valor. Hecho eso, mi sugerencia es que la Administración Tributaria podría encargarse de recibir estos bonos y que si alguien tuviera deudas tributarias con el Estado, debiera compensarse. El tercer aspecto es que ellos están dispuestos a donar el 10% de sus nuevos bonos a una fundación de inclusión social, que en línea con la política de Estado del presidente Humala pudiera tener fondos para dar becas en países de más desarrollo educacional a los peruanos más pobres y para que se pueda hacer inversiones productivas en zonas de cultivos alternativos de coca. A mí me han pedido que lidere esa fundación, con lo cual se compraron mi corazón y creo que hay que decirles al presidente Humala y al ministro de Economía que esta es una extraordinaria oportunidad para terminar este tema tan bochornoso para la historia del Perú y sobre todo para evitar daños para el Estado. Aquí no está en discusión la deuda, hablamos de voluntad política.

Fuente: La República

lunes, 19 de marzo de 2012

La política y la moral

La política y la moral

Escribe: Jorge Secada Koechlin

¿Qué tiene que ver la moral con la política? Responder correctamente a esta pregunta es crucial si queremos entender la naturaleza de la política y el lugar que ocupa en nuestras vidas. La política y la ética (que usaremos como sinónimo de "moral") se relacionan íntimamente. Empecemos examinando algunas maneras comunes de negar esta verdad.

Se suele pensar que la moral es un asunto privado, y que la política más bien es pública. Mientras la moral tiene que ver con lo que cada cual considere correcto o incorrecto, la política se ocupa de la administración eficiente del Estado, asegurando educación, salud y orden, y creando las condiciones para que los ciudadanos puedan llevar a cabo sus actividades productivas y vivir como escojan vivir. El Estado es como una gran empresa y la política se compara, desde esta perspectiva, con la gestión de un negocio. Confundir moral con administración pública es receta para la tiranía o al menos para la inefectividad.

Esta visión liberal se puede fundamentar sosteniendo que lo que sea bueno o malo es cuestión de opinión. La política, sin embargo, trata de lo que nos concierne a todos, su esfera la determinan las leyes, y su legitimidad se basa en el consenso. Las personas son agentes libres, que se asocian entre sí porque esto los beneficia. El fin de las leyes y de la buena administración del Estado es crear las condiciones para que cada cual pueda vivir como le parezca, participando productivamente en un mercado libre, eficiente y equitativo. La política y la economía tienen, pues, una relación cercana.

El marxismo sugiere otra manera de entender la política independientemente de la ética pero vecina de la economía, una manera que curiosamente está en las antípodas de la que venimos de delinear. Según los marxistas, hay estructuras económicas fundamentales que explican las conductas sociales y el devenir de los pueblos, y que determinan hasta la cultura y el pensamiento. La política tiene que ver con el ejercicio del poder; y los agentes políticos están motivados por sus intereses económicos. La ética es pura ideología, un fenómeno subjetivo que manifiesta cierta consciencia de clase. Es la ciencia marxista la que rige la acción de quienes se identifiquen con las clases oprimidas y estén con el progreso y las grandes transformaciones revolucionarias.

Hay críticas decisivas que refutan estas posiciones. Es ya evidente que no existe la imaginada ciencia marxista de la sociedad y la historia. Y sin el sustento de su teoría, la práctica marxista no tiene identidad. ¿Qué hay de marxista o comunista en la China desde que optó por el libre mercado? ¿Un Estado autoritario y remanentes de planificación central? Escuchamos a los marxistas de antaño hablar de justicia, equidad, desarrollo y democracia, sin escuchar nada que los distinga de cualquier liberal que predique exactamente los mismos objetivos. Sin el materialismo histórico, su fallida ciencia de la sociedad y la historia, los marxistas no tienen cómo responderle siquiera a quienes nieguen esos objetivos y afirmen alguna forma de egoísmo político o de anarquismo individualista.

Y los liberales que suponen un consenso legitimador y reducen la política a la administración eficiente, no tienen qué decir cuando se cuestiona este supuesto consenso. No es posible deducir la legitimidad política de la mera razón y la libertad individual. No se equivocó John Rawls, el más distinguido pensador liberal del siglo XX, al reconocer hacia el fin de su vida que para fundamentar la legitimidad política es necesario adoptar una concepción del bien.

Vayamos al meollo: las posiciones que estamos considerando comparten un error fundamental. Tanto el liberalismo capitalista como el comunismo marxista asumen una concepción errada de la acción humana, de sus motivaciones y estructura, y de sus fines. Ignoran la identidad de la política y la ética, y al hacerlo le conceden a la economía un lugar que no le corresponde. Conciben al ser humano como un agregado de deseos e intereses dados y una razón que le sirve para determinar cómo satisfacerlos. El marxista busca explicar económicamente estos deseos e intereses. El liberal supone solamente que se actúe racional y libremente. Ambos ignoran la pregunta fundamental de la política: ¿qué significa vivir bien? Ambos, siendo herederos de una concepción pobre y profundamente equivocada del ser humano nacida en los siglos diecisiete y dieciocho, mercantilizan el placer y dan por sentado que la respuesta a esa pregunta consiste en la satisfacción de deseos básicos (hablar aquí de intereses de clase no sirve para absolutamente nada). Pero la verdad es que nuestros deseos e intereses, los que realmente importan, presuponen una percepción del bien, no lo constituyen.

Consideremos el deseo de comer un chocolate. Poseído el objeto, comido el Sublime, se acalla el deseo. El chocolate es bueno porque es deseado. Este es el paradigma que inspira la concepción de la acción humana que estamos criticando. Pero las actividades más significativas de nuestras vidas no tienen esa estructura. Cuando buscamos la amistad de una persona o amamos a alguien o educamos a nuestros hijos, cuando nos dedicamos al arte, aunque sea solo para apreciarlo, o practicamos algún deporte, lo que hacemos no se puede entender con el modelo del chocolate. En estos casos, la posesión del objeto no acalla el deseo. La posesión del objeto revela su valor y riqueza y le da forma a nuevas maneras de desearlo. Nuestros deseos más importantes involucran una percepción, aunque sea confusa, del bien de sus objetos. Lejos de buscar poseer su objeto, estos deseos impulsan a someterse a él.

Los seres humanos, en cuanto agentes morales y políticos, necesariamente poseen una identidad cultural o social. Una cultura es una manera de ser humano. Constituye un universo de valores y encarna sentidos de lo apropiado u oportuno, lo significativo, lo importante y lo trivial, lo gracioso y lo penoso. Las acciones morales existen dentro de una cultura. Los mismos movimientos corporales pueden ser una cosa en ciertas circunstancias y radicalmente otra en otras: un tratamiento dental curativo o una sesión de tortura; un ritual en la gran pirámide o un asesinato cruel. Una acción es lo que es moralmente solo con referencia al marco cultural dentro del cual se dé. Los Estados, objeto de la política, son espacios en donde habita una cultura.

La ética no tiene que ver con mandamientos ni normas, ni con fórmulas para decidir qué esté bien y qué mal. Tiene que ver con lo que sea el bien para los seres humanos, con la excelencia humana, con cómo educar y vivir bien. La ética trata de aquellos deseos y actividades que le dan sentido a nuestras vidas. La política trata del bien en cuanto común a los miembros de un Estado. Ambas disciplinas se ocupan de la pregunta "¿qué es vivir bien?", pregunta que la economía, simple instrumento, no puede responder por nosotros. Por ello no podemos distinguir claramente entre ética y política a este nivel de generalidad. Las distinciones aparecerán cuando introduzcamos el poder político, las instituciones del Estado y el bien común, los temas específicos de la política.

Cuando conversamos sobre asuntos públicos, en última instancia, estamos conversando sobre el bien y la justicia, cómo queremos vivir, qué país queremos construir. Hablar de política es hablar de nuestra cultura, de la que tenemos y de la que queremos. Toquemos tierra y terminemos con un ejemplo concreto. Conga no es exclusiva ni primordialmente sobre la conveniencia o no del proyecto minero. Si lo fuese sería relativamente fácil ya que sería un asunto técnico. Ni siquiera es sobre cómo queremos distribuir la riqueza. No; Conga es también sobre cómo queremos vivir en sociedad, cómo queremos tratarnos unos a otros y qué país queremos tener.

Fuente: Diario 16

lunes, 12 de marzo de 2012

Sobre incendio de almacén del Ministerio de Educación (MINEDU)

Datos sobre incendio de almacén del Ministerio de Educación (MINEDU)

En relación al incendio de uno de los almacenes del Ministerio de Educación, acontecido el jueves 8 de marzo por causas que son materia de investigación, es importante que algunos datos como los que nos proporciona Luis Guerrero, educador de reconocida trayectoria, sean de amplio conocimiento:

1. Los materiales escolares se han venido distribuyendo en años anteriores en los meses de mayo y junio, puesto que los desafíos administrativos que hay que enfrentar para garantizar una distribución oportuna son de tal envergadura que nadie se quiso comprar ese pleito. Sin embargo la actual gestión lo ha hecho contra viento y marea, y se comprometió públicamente a entregarlos en marzo.

2. El almacén incendiado fue recibido de la gestión anterior en condiciones de suciedad y abandono, repleto de material educativo de años anteriores que jamás se distribuyó. Lo primero que hizo la actual gestión al entrar fue inventariar y poner en orden todo eso, incluso asegurarlo. A la fecha el local no tenía objeciones de INDECI, por el contrario contaba con todas las licencias del caso y con los extinguidores de rigor.

3. Lo que se ha quemado es un porcentaje muy pequeño del total del material que se ha producido (menos del 5%) y que está ya distribuido o a punto de salir a las regiones, y que también está a buen recaudo en otros almacenes. No es que no importe por tratarse de poco material, dado que el compromiso es con todos y cada uno de los niños de nuestro país, sino que no es verdad que todo se quemó y tampoco que todos los niños se quedaron sin materiales.

4. El material quemado no se distribuyó aún porque estaba destinado a regiones afectadas por lluvias e inundaciones (Loreto, Amazonas, Madre de Dios), se esperaba que pasen las malas condiciones climáticas para ser entregado. En el caso del material de educación inicial no se empezó a entregar porque las licitaciones tuvieron impugnaciones de las empresas perdedoras, las que finalmente se resolvieron bien, sin embargo atrasaron el cronograma.

5. El inicio del año escolar no se ha frustrado, este incidente no lo ha puesto en riesgo en lo más mínimo, las clases ya empezaron y van a proseguir aun cuando en algunas zonas del país (7 mil centros de educación inicial de 32 mil que existen a nivel público) el material demore en llegar unos días más (se estima que empezando abril).

Finalmente es preciso resaltar que la esperanza y el compromiso no se han quemado, en el Ministerio de Educación se han sobrepuesto a la pena y se sigue trabajando con mayor entusiasmo. Asimismo la educación de los niños, la de todos y en particular la de los más pobres, es un compromiso ciudadano y no sólo es la función de un Ministerio, lo cual se expresa en las abundantes y esperanzadoras muestras de solidaridad que llegan de todos lados, que contrastan con la mezquindad de quienes han salido a aprovecharse de la desgracia para ganar notoriedad en la prensa.