BINGO
ELECTORAL PARA LLEGAR A LA ALCALDÍA DE LIMA
Escribe: Jaime Paredes Calla
La población de Lima se encuentra dividida
políticamente por el proceso de revocatoria de la primera autoridad edil de la
ciudad, la Alcaldesa Susana Villarán. Esta iniciativa, no exenta de ardides
políticos y aprovechamiento de un avezado grupo de personas (sus promotores),
finalmente consiguió colocar en agenda pública la supuesta ineficiencia de la
gestión municipal, al obtener más de 400 mil firmas válidas presentadas a las instancias
respectivas, no obstante el porcentaje de dicha cantidad de firmas es menor que
el establecido para otras circunscripciones electorales, dadas las condiciones
del sistema legal.
Y aunque la Ley N° 26300, Ley de los Derechos
de Participación y Control Ciudadano, reconoce este mecanismo popular, las
consideraciones para solicitar la revocatoria de la Alcaldesa Villarán y de los
39 regidores que componen el Concejo Metropolitano de Lima, no pasan de ser una
propuesta antojadiza, que obedece a oscuros intereses y que redunda en un enorme
retroceso para el desarrollo de Lima.
Los promotores de la revocatoria lograron “empatar”
con el sentir de un grupo de ciudadanos que desde la campaña electoral
municipal no apoyó la elección de la Alcaldesa (recordemos que Villarán obtuvo
el 38.4% de votos válidos, apenas 0.8 puntos porcentuales más que su principal
contendora, Lourdes Flores Nano, del Partido Popular Cristiano).
El proceso de revocatoria en curso es tan
inoportuno como inconveniente, que diversas personalidades y organizaciones
sociales, empresariales, culturales, partidos políticos, etc. se han
manifestado en favor de mantener la estabilidad institucional, incluso actores
con un apreciación crítica de la gestión han hecho saber su posición de
respaldo de la continuidad y culminación del periodo de tiempo para el cual fue
electa por voto popular la Alcaldesa, haciendo prevalecer ante todo una postura
institucional por encima de intereses desestabilizadores, este por ejemplo ha
sido el caso incluso de la propia Lourdes Flores.
Más que un derecho de control ciudadano, la
iniciativa de revocatoria liderada por Marco Tulio Gutiérrez es una de corte politiquero,
que tiene como principal motivación intereses lucrativos privados que coinciden
con prácticas que lindan con la corrupción y el aprovechamiento indebido de
puestos públicos (léase “Comunicore” y el vínculo del promotor de la
revocatoria con el exalcalde Luis Castañeda Lossio).
Por si esto fuera poco, y es algo que
percibimos que la ciudadanía aún no lo ha logrado dimensionar, de concretarse
la revocatoria a la máxima autoridad edil de la capital, arribaremos a un
proceso en el que el próximo Alcalde de Lima Metropolitana sería un regidor
llegado a dicho puesto por azar y sin el más mínimo criterio de reflexión
ciudadana (como supone un proceso realmente democrático), se trataría sin duda
de la más burda aventura electoral generada por un turbio trampolín politiquero.
¿Qué supondría esta situación en términos del
desarrollo de Lima?, no sólo la mayor inestabilidad política de una urbe de más
de 8 millones y medio de habitantes, sino la parálisis extendida de recursos, obras
e iniciativas de reforma estructural que históricamente se vienen arrastrando y
que por décadas ninguna otra autoridad edil ha afrontado con energía, decisión
y buen criterio de visión prospectiva en favor de la ciudad.
Los errores de gestión no pueden estar
exentos en ésta, pero de ahí a pretender catalogar de ineficiente una gestión
municipal que se encuentra a la mitad de su periodo como argumento para revocar
a su máxima autoridad es francamente –por decir lo menos- desproporcionado, con
mayor razón si la comparamos con lo realizado por su predecesor en el mismo
periodo de tiempo, sin contar incluso las graves denuncias de corrupción en la
gestión de Castañeda Lossio y sus secuaces.
Que la sabiduría ciudadana logre imponerse
sobre estos apetitos desordenados de caos, desgobierno y prácticas politiqueras
que necesitamos proscribir para construir una república de ciudadanos y una
ciudad para la vida, pero no cualquier vida sino una digna que en buena cuenta
es la que se proponen las reformas emprendidas por la gestión de la Alcaldesa
Susana Villarán.
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