lunes, 26 de mayo de 2014

¿Ha fracasado la descentralización?

¿Ha fracasado la descentralización?

Escribe: Antonio Zapata Velasco

En estos días, un tema clave del debate nacional es la descentralización. Se sostiene que los casos de Áncash y Tumbes muestran que la descentralización fue un error. Incluso, algunos actores políticos plantean la necesidad de recentralizar el Estado.

Pero el argumento es falso. Si pensamos en el poder central, debemos recordar que nuestros tres ex presidentes de la república arrastran gruesos problemas legales, uno está preso y los otros dos están acusados. Si somos estrictos, todos los niveles del Estado padecen de elevada corrupción, incluyendo al Poder Ejecutivo. Así, de ningún modo la recentralización corregiría los problemas; sería el típico remedio peor que la enfermedad.

Pero, ello no significa negar la evidencia y creer que los gobiernos regionales se corregirán por sí mismos. Más bien, es el momento de reformar la ley de descentralización.

Se han entregado grandes sumas sin controles ni exigencias. Los gobiernos regionales han ganado recursos del canon en función del territorio, no por eficiencia en ejecuciones pasadas ni por proyectos solventes.

Además, algunos gobiernos regionales disponen de canon y en los últimos años han sido muy ricos. Mientras que otros carecen de él y paradójicamente suelen ser más eficientes. Aunque no en todos los casos, porque Moquegua evidencia que una región con canon puede ser bien administrada y obtener los primeros lugares nacionales en una serie de indicadores, empezando por educación pública.

La causa de la corrupción en gobiernos regionales es la ausencia de fiscalización. En teoría, la Contraloría General de la República debería verificar en tiempo real la ejecución del presupuesto en todos los niveles del Estado. Pero carece de recursos, tanto materiales como humanos. De acuerdo a declaraciones del mismo contralor, en el 92% de las reparticiones públicas el auditor es nombrado por la misma entidad que audita.

Esa situación malogra todo el sistema. Si el auditor respondiera a la CGR, entonces sería el ojos y oídos del contralor y estaría allí para evitar la corrupción. Pero, si son nombrados por la misma entidad que es auditada, entonces se convierten en escudos de la institución para mantener alejado al sistema de control. Por ello, lo que ha fracasado es la descentralización sin controles.

Por otro lado, los gobiernos regionales se formaron sobre los antiguos departamentos y en ningún caso constituyeron entidades mayores que realmente tengan características socioeconómicas de verdaderas regiones. Son unidades demasiado pequeñas para gozar de tanta autonomía y han tendido a reproducir los antiguos cacicazgos locales.

Antes de la formación de los partidos de masas: APRA, PCP y socialcristianismo, la política local era ejercida por cacicazgos que expresaban a los terratenientes y sus aliados. Los nuevos caudillos también son miembros de los poderes económicos locales y ejercen el poder con el mismo personalismo autoritario de antaño.

Este efecto se ha multiplicado por la ausencia de los partidos nacionales de la escena regional y local. El vacío ha sido llenado por movimientos regionales que frecuentemente son el vehículo de los nuevos caciques, que andan detrás de las arcas llenas de gobiernos locales sin verdaderos controles del Estado ni de la ciudadanía.

Así, ha fracasado una descentralización sin partidos ni instituciones poderosas que ejerzan el liderazgo. El sistema es muy poroso y ha sido invadido por operadores políticos a la caza del botín. Como han advertido tanto la ONPE como el JNE, la situación tiende a empeorar, puesto que las próximas elecciones pueden ser el punto de quiebre que marque el hundimiento del sistema en manos de la delincuencia y el narcotráfico.

Antes que ello ocurra, urge reformar legalmente la descentralización, creando unidades territoriales consistentes, generando un verdadero sistema de control y reconstituyendo la política en los niveles subnacionales. El Congreso es el encargado. ¿Podrá?


Fuente: La República

lunes, 19 de mayo de 2014

Propuesta de Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria

Buscando el justo medio

Escribe: Jaime Saavedra Chanduví, Ministro de Educación

El proyecto de ley refleja la necesidad del Estado de recuperar el irrenunciable rol rector de la educación superior

Como país, tenemos la obligación de asegurar que nuestros jóvenes tengan la oportunidad de una educación universitaria de calidad, que permita su realización personal, que los forme como ciudadanos y como profesionales de alta productividad. Lamentablemente, la calidad de la universidad peruana en su conjunto no tiene los niveles de excelencia internacional que nuestros jóvenes se merecen.

El viernes pasado, el Ejecutivo remitió al Congreso un proyecto de ley que crea la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria. Este proyecto refleja la necesidad del Estado de recuperar el irrenunciable rol rector de la educación superior, establecido por la Constitución y las leyes del Estado, y ratificado por el Tribunal Constitucional.

La educación superior no puede confiarse a una autonomía mal entendida. Un joven solo sabe si hizo una buena elección de universidad y de carrera muchos años después. Se requiere una regulación eficaz y moderna. Regular es una tarea necesaria y muy compleja en una economía social de mercado.

El reto es establecer un marco legal y regulatorio que no esté en los extremos absurdos. Ni el extremo de la autorregulación (por alguna razón no hay banqueros manejando la SBS). Ni el extremo de una regulación que limite la innovación, la creatividad y la inversión, tanto del sector público como del privado. El justo medio.

Más aun, el reto no es solo legal y regulatorio. El reto es el establecimiento, luego de muchas décadas de abandono, de una política nacional para la mejora de la calidad de la educación superior.

Esta política nacional debe tener al menos cuatro pilares: 1) sistemas de información, 2) fomento de la calidad, 3) acreditación y 4) licenciamiento. En primer lugar, sistemas de información implementados en alianzas público-privadas que faciliten decidir qué y dónde estudiar (con indicadores de características de la universidad, de empleabilidad y salarios por universidad y carrera). En segundo lugar, fomento de la innovación pedagógica, la investigación y la calidad, a través de fondos concursables y de subsidios a la demanda mediante la expansión de los programas de becas del Estado. En tercer lugar, acreditación de la calidad educativa, a cargo de un Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (Sineace) reformado, que permita la homologación de acreditaciones internacionales de prestigio e incentivada por el Estado. Y, en cuarto lugar, licenciamiento obligatorio que autorice el funcionamiento de universidades públicas y privadas solo en la medida que se cumplan condiciones básicas para un servicio de calidad.

Por ello, se propone la creación de este organismo supervisor, con independencia administrativa, presupuestal y técnica, que establezca los estándares básicos de calidad –definidos por indicadores objetivos y verificables– y defina si una universidad tiene los estándares de calidad necesarios para tener el “licenciamiento” para poder operar. Asimismo, que fiscalice si los recursos públicos y los beneficios otorgados por el marco legal son destinados a fines educativos. Esa supervisión además implicará trabajar de manera coordinada con organismos especializados como el Indecopi o la contraloría. Sus funciones serán complejas, pero claramente delimitadas.

Su consejo directivo comprenderá dos representantes del Estado y cinco miembros seleccionados por concurso público. Estos ciudadanos deben tener además la opinión favorable del Consejo Nacional de Educación. Este esquema hace más difícil que esta institución sea “capturada”, es decir, controlada ya sea por las instituciones que brindan el servicio o por el gobierno de turno.

Pero el reto del país no es solo establecer la institucionalidad de una superintendencia, reto de por sí complejo. Tenemos el desafío de consensuar diversos aspectos de la ley universitaria ya elevada al pleno, a la que este proyecto de creación de una superintendencia complementa. Hay allí una oportunidad para lograr un cuerpo legislativo que nos permita avanzar en una política nacional integral. Incentivar la inversión privada y pública de calidad, con posibilidades de adaptarse dinámicamente a las innovaciones en tecnología educativa. Respetar que la universidad privada establezca sus formas de gobierno más adecuadas. Establecer regímenes académicos modernos y flexibles. En suma, una norma para mejorar la calidad de la universidad peruana pensando en los próximos 30 años.

Y, sobre todo, para proteger el sacrificio de miles de familias que invierten en dar un mejor futuro a sus hijos. Y el sueño del estudiante, esa suerte de accionista minoritario que confía cinco años de su vida a la universidad y que debe tener la certeza de que el día que se reciba esté recibiendo la llave para un futuro mejor.


viernes, 16 de mayo de 2014

¿Por qué tanta oposición a la ley universitaria?

¿Por qué tanta oposición a la ley universitaria?

Escribe: Manuel Burga, Historiador y Docente Universitario

Mencionaré dos publicaciones recientes. La primera que circuló ampliamente como un discurso de Noam Chomsky, titulada Asalto neoliberal a la universidad, donde –desde su experiencia universitaria norteamericana– denuncia con fuerza la burocratización creciente de estas instituciones. Este discurso estuvo precedido por el libro de Benjamin Ginsberg, polémico politólogo de la U. Johns Hopkins, denominado The Fall of the Faculty (La decadencia del docente), 2011, que alude al núcleo de este mismo problema y donde el título lo dice todo.

En algunos países de América Latina encontramos una situación como la que describe Ginsberg: universidades con burocracias administrativas doradas, preocupadas en contar, medir resultados, evaluar incidencias, evitar la fiscalidad y establecer balances en azul. Menos gastos corrientes, más infraestructura, equipamiento y bases virtuales de datos. Más estudiantes por supuesto y los docentes en un segundo plano.

Este es el nuevo modelo de universidad tan cuestionado en Chile por el libro de María Olivia Mönckeberg, Con fines de lucro. La escandalosa historia de las universidades privadas en Chile (2013), en el que encontramos una situación como la tipificada por Chomsky y Ginsberg.
Lo nuevo y reciente en esos países es que ha surgido una reacción de los Estados. En Chile, donde no existe el D.L. 882 que promueve la inversión privada en educación, la sociedad civil, el Estado y los jóvenes políticos en el Legislativo se enfrentan a esta situación y no sabemos aún el desenlace.

¿Qué sucede en nuestro país? Existe una propuesta de nueva ley universitaria que se encuentra en la mesa directiva del Congreso de la República. Igualmente, el Ministerio de Educación ha decidido proponer una Superintendencia que represente al Estado en esta suerte de zafarrancho universitario que azota al país, 141 universidades para un país como el nuestro es una locura semejante a la minería informal.

La nueva ley universitaria es seguramente perfectible, pero su intención explícita es devolver la calidad, dignidad y perspectiva nacional a la universidad peruana. Sin embargo, la oposición parece venir de muchos frentes y hasta la Asamblea Nacional de Rectores (ANR) se da el lujo de convocar a marchas y quebrar organizaciones docentes como la Federación Nacional de Docentes Universitarios del Perú (FENDUP). ¿Pero por qué tanta oposición? Algo muy simple: unos piensan que la nueva ley universitaria debe echar a sus adversarios, otros se oponen por conservar sus puestos (los rectores), los dueños (se oponen) por cuidar sus inversiones, los estudiantes (los que se oponen) defienden la llamada “autonomía” para continuar con el facilismo o para medrar en los cargos en las públicas.

Recuperar la calidad, devolverle la naturaleza propia de la universidad, promover la investigación, que la universidad no tenga como fin supremo el lucro, exige un esfuerzo de todos por el bien del país, del futuro y de nuestras familias. Esta abundante oposición es parte de la crisis moderna de los valores que subyace ante un proyecto de nueva ley universitaria que apunta a promover el bien común y un esfuerzo por la nación (Dedico este artículo al amigo entrañable César Terán, gran periodista).


Fuente: El Peruano

miércoles, 14 de mayo de 2014

El secreto mejor guardado de Arequipa

El secreto mejor guardado de Arequipa

Escribe: Marco Sifuentes

La semana pasada, en este espacio, hice una breve introducción al panorama de los start-ups en Perú. Apenas desperté tenía una aguda precisión al respecto en mi inbox. Era un amigo que insistía en que el problema de los start-ups no era la excesiva regulación del Estado (o la falta de incentivos tributarios, como existen en otros lados), sino Visanet.

Efectivamente, el infame “Verified by Visa”, uno de los más lovecraftianos horrores de la vida moderna peruana, es la muralla más gigantesca para el comercio electrónico peruano. Yo diría que los start-ups sufren también por el peso de las excesivas regulaciones y tributaciones impuestas desde el Estado y que, si por alguna gracia divina las superan, deben enfrentarse, como el boss final de un videojuego, al Verified by Visa. (Si quieren, pueden googlear “visa verification peru” para encontrar las historias de pesadilla de turistas que quieren comprar tickets y alojamiento en Perú desde sus países y no entienden cómo demonios “verificar” su tarjeta de crédito).

El amigo que me hizo esa precisión se llama Manuel Bellido, trabaja en Google como Software Engineer y egresado de una de las dos universidades arequipeñas que están convirtiendo a la ciudad del Misti en el Sillicon Valley peruano. Y aquí viene el punto de esta columna. No se trata de un fenómeno nuevo, pero sigue siendo ignorado constantemente por los medios y nuestra clase dirigencial.

Esta semana Manuel publicó en utero.pe un artículo describiendo el alentador panorama:
“En Perú radican alrededor de 15 personas con doctorado enseñando en diferentes universidades pero 9 se encuentran en Arequipa, de los cuales 8 son profesores en la UCSP y 4 en la UNSA (algunos son profesores en ambas universidades). Además, también tienen a varias personas con maestría, también a tiempo completo en universidades del extranjero. (...)

En Arequipa se ha realizado la mayor cantidad de congresos/conferencias importantes que se hayan dado en el Perú y es una de las mejores oportunidades para hacer networking para los alumnos como profesores. Congresos como el Latin 2012, el CLEI, SIBIGRAPI 2013, LARC/LARS, entre muchos que son indexados, con jurado y que escogen las sedes de acuerdo con el potencial académico.

Tal cultura de seguir estudios en el extranjero y tener congresos prestigiosos ha permitido a Arequipa tener más personas estudiando el posgrado en computación en el extranjero que el resto de regiones en conjunto. Los alumnos saben que es posible y que tienen los contactos a la mano. Esto representa un potencial enorme para esta región porque sabemos que todo peruano siempre quiere regresar al lugar que lo vio nacer”.

Casi sin quererlo, el post pone sobre el tapete los temas cruciales del país: la descentralización, la educación superior, el rol del Perú en la sociedad de la información. Las dos universidades que han liderado este desarrollo no respondieron a la demanda de un “mercado” de miras estrechas, sino a las necesidades globales. Para las universidades “comerciales”, no existía un mercado. En cambio, la verdadera academia responde a miras más amplias. Ahora, muchos de los arequipeños que salieron al extranjero están volviendo para crear una incipiente industria tecnológica que continúa el círculo virtuoso. Una región que se proyecta al siglo XXI gracias a la educación. ¿No es ese el sueño?

Fuente: La República

domingo, 4 de mayo de 2014

La historia de la moneda peruana relatada desde un palacete arequipeño

La historia de la moneda peruana relatada desde un palacete arequipeño
 
Patrones históricos. La Casa Museo Goyeneche del Banco Central de Reserva expone gratuitamente históricas monedas del Perú. Un repaso de nuestra economía nacional por las piezas más emblemáticas, desde la colonia hasta la actualidad. 
 
Efraín Rodríguez Valdivia.
Arequipa.
 
La historia económica del Perú está acuñada en un puñado de monedas guardadas celosamente en la sede regional del Banco Central de Reserva (BCR) en Arequipa. Como la misma patria, algunas de estas piezas  fabricadas en plata y oro son imperfectas y poseen una áspera belleza. Otras guardan una estética barroca que destacan la riqueza, la libertad y emblemas nacionales para disimular las penurias de los peruanos de todas las épocas que las llevaron en sus bolsillos.
 
 Hay monedas desde la colonia, la república y  hasta el vigente nuevo sol. "Todo es propiedad del BCR. Tenemos una exhibición de monedas y arte permanente. Es un testimonio de amor por la cultura”, precisa Raúl Castro Alegría, responsable de la sede regional de la entidad bancaria.
 
BCR de Arequipa se asienta en la segunda cuadra de la calle La Merced, en el Palacio de Goyeneche.  La casa que resguarda las piezas es un palacete colonial de inmensos pórticos y añejos ventanales adornados con hierro forjado.
 
Fue propiedad de la familia Goyeneche en 1770. Allí crecieron los cuatros hijos de María Josefa de Barreda y Juan Crisóstomo de Goyeneche, familia de españoles y peruanos, hacendados que sembraban cultivos de pan llevar en el valle de Majes, que comercializaban vino y exportaban  mineral. Uno de los hijos fue José Sebastián de Goyeneche, obispo de Arequipa y arzobispo del Perú entre los años 1819 y 1859, respectivamente. 
 
"Es una de las casas insignes de la arquitectura arequipeña. Era un inmueble diseñado para la vida cotidiana. Allí vivió el histórico obispo José de Goyeneche” detalla el historiador y director de la Biblioteca Regional Mario Vargas Llosa, Mario Arce Espinoza. De ese modo, entre los 3 mil 552 metros cuadrados de la mansión, la historia comienza.
 
NUMISMÁTICA COLONIAL
 
En pequeñas urnas de madera y cristal forradas con terciopelo azul se muestran piezas de plata.  Se exhiben en forma  cronológica. Desde las míticas monedas de la colonia, deformes, ilegibles, desgastadas y erosionadas. Se conocían como los primeros valores monetarios de la Corona Española y se denominaban macuquinas, por el vocablo quechua 'makkakuna' que significa 'golpeadas'.
 
"Para acuñarlas se tomaba unos gramos de oro o plata y se las golpeaba con martillo y yunque. Las primeras datan del siglo XVI”, precisa Angélica Gutiérrez, guía oficial de la casa museo.
 
Durante el virreinato, el valor de los patrones monetarios variaban entre un cuarto de real, medio real, uno, dos, cuatro y ocho reales. "Las macuquinas eran de plata y oro puro para garantizar su valor. En estos años no existía un banco central que respalde esas emisiones", apunta Raúl Castro Alegría. En Arequipa, las primeras monedas coloniales que se exhiben datan de 1598. Son tres macuquinas que valieron en esa época 2 reales -cada una- y circularon en el periodo del rey Felipe II.
 
Entre su tosca estética apenas se avizoran alegorías a la riqueza y poderío del imperio español simbolizado con leones, columnas y cruces.
 
Después de observarlas, a su costado se extienden sucesivamente otras macuquinas fabricadas en los reinados de Carlos IIII, Felipe V, Carlos VI y Fernando VII.  "Las macuquinas calculaban su valor según su peso y proporción. Si excedían en el oro o plata, las cortaban. Por eso las deformaban", explica Angélica Gutiérrez. Pero la 'fealdad monetaria' acaba en 1751 con el rey Felipe V.
 
El monarca implementa un sistema y proceso mecanizado para acuñarlas. Se agrega su busto imaginado en una cara de la pieza. Era una forma de convertirlas en un instrumento de difusión en las colonias.
 
TESORO REPUBLICANO
 
El viaje en la historia numismática también recorre la formación de la moneda republicana. Una vez independizado el Perú en 1821, el libertador José de San Martín encomendó a Hipólito Unanue diseñarla en 1822.
 
A simple vista, la belleza de esta pieza de la república impacta. En la primera serie aparece el símbolo de libertad parada y en la segunda está sentada con el lema “Perú Libre” y “Firme y Feliz por la Unión”. La grandeza y gloria de las nuevas monedas se resume en el cetro y escudo que porta la Libertad.
 
Luego suceden varias monedas que circularon entre 1825 a 1887. Y aquí comienza todo un abanico que reflejó los calvarios de nuestra sufrida economía nacional.
 
Las primeras variaciones surgen en la formación de la Confederación Perú-Boliviana, en 1836. El país manejaba dos patrones: 'la Libertad parada' para la zona norte del país y el 'Sol' en el sur. Ante la proliferación de este binomio, Ramón Castilla validó a la última. Sin embargo, no dura mucho. Tras la paliza en la guerra con Chile, Nicolás de Pierola cambia el 'Sol' por 'El Inca' y luego por 'Libra Peruana de Oro' en 1897.  Pero igual desaparecen.
 
La economía se escaldaba y las autoridades trataban de ordenarla. Así surge el BCR en 1931 y crea el 'Sol de Oro' y luego el 'Inti'. Triste moneda que fuera satanizada en el primer periodo de Alan García por su espantosa devaluación. Y así llegamos al 'Nuevo Sol' que hoy está en su bolsillo.
 
"Hay un doble juego en la aparición de las monedas. Son el testimonio de nuestra descalabrada e inestable economía que reflejó inflación, devaluación, etc. Pero también es un jugoso pasaje histórico y delicia de los coleccionistas”, asevera Carlos Gómez de la Torre, coleccionista numismático.    
 
BANCO DE AREQUIPA: ENTE EMISOR DE BILLETES EN TODO EL SUR PERUANO
 
Pocos saben que Arequipa tuvo un banco. Se creó como entidad privada que emitía billetes. En el país no existía en el siglo XIX un ente rector monetario que regule la emisión. Así surge en 1871. 
 
Cubrió la demanda de billetes de 'Sol' en todo el sur. La empresa encargada de imprimirlos era la Compañía Nacional de Billetes de Nueva York y Eugenio Abele & Cía.
 
En 1873 obtuvo su apogeo convirtiéndose en una entidad privada con un departamento de ahorro. Algo revolucionario para la época.
 
Sin embargo, tras la crisis económica peruana por el mal manejo de los recursos, el banco cae. El Estado le pide que garantizara la emisión de bonos de la deuda pública. El Banco de Arequipa se negó. En 1897 se crea la Junta Administradora de Emisión Fiscal que ordena la incineración pública de los billetes de entidades privadas y regionales. 
 
SANTA CATALINA EN LA NUMISMÁTICA
 
La fortaleza, encanto y vigor del Convento de Santa Catalina también está en una moneda. El principal centro arquitectónico regional aparece entre la serie de piezas "Riqueza y Orgullo del Perú" en mayo de 2012.
 
Fue la quinta de la serie y sorprendió al mundo de coleccionistas. La revista alemana Krauze, especializada en monedas, la escogió entre las diez más bellas del mundo entre 450 piezas de 150 países. "Un orgullo para nuestro patrimonio regional", precisa Raúl Castro Alegría.
 
La moneda muestra la plaza Socodober, conformada por una pileta de piedra que se aprecia en primer plano, la fachada de una celda de las religiosas que lo habitaron y una vista de la parte posterior de la cúpula de la iglesia del monasterio. De lujo.
 
IMPORTANTE
 
El Banco Central de Reserva se crea en 1922 y tuvo dos procesos. El presidente Augusto B. Leguía lo instaura bajo el modelo de la Reserva Federal de EE.UU. y se llamó "Banco de Reserva del Perú".
 
Sin embargo, tras la crisis de 1929, se convoca a la misión internacional Kemmerer para emprender una reforma fiscal y bancaria a fondo. La misión concluye la creación del Banco Central de Reserva del Perú con la tarea estricta de emisor.
 
Fuente: La República

viernes, 2 de mayo de 2014

Medio millón de peruanos salieron de la pobreza en el 2013

Medio millón de peruanos salieron de la pobreza en el 2013

Indicador disminuyó a 23.9% el año pasado, informó el INEI

Lima, may. 02. La pobreza monetaria se redujo el año pasado en 1.9 puntos porcentuales, al contraerse de 25.8 por ciento en el 2012 a 23.9 por ciento en el 2013, lo que favoreció que casi medio millón de peruanos saliera de la pobreza, informó hoy el INEI.
El jefe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), Alejandro Vílchez, señaló que 491,000 personas abandonaron la pobreza el año pasado y un millón de personas dejaron esa condición en los dos últimos años.

En tanto, 2.5 millones de personas hicieron lo propio en los últimos cinco años, anotó el funcionario.

"Como se aprecia, la pobreza se está reduciendo de manera sostenida en los últimos años y, además se observa una mejora en las condiciones de vida de las personas que permanecen en esa situación", destacó.

El miembro de la Comisión Consultiva para la Estimación de la Pobreza y otros Indicadores, Javier Escobal, manifestó que la pobreza se redujo gracias a la inversión pública y a los programas sociales del Gobierno, especialmente el programa Juntos.

Asimismo, resaltó que el crecimiento económico ayuda a reducir la pobreza, pues cada punto porcentual de expansión económica, implica una contracción de medio punto en la pobreza.

Vílchez indicó que en el 2013 la pobreza se redujo fundamentalmente en las áreas rurales y en la sierra del país.

Sostuvo que en el período de análisis se observó una mayor incidencia en el descenso de la pobreza en las zonas rurales, donde disminuyó en cinco puntos porcentuales al pasar de 53 por ciento en el 2012 a 48 por ciento en el 2013, implicando que 413,000 personas residentes en esta zona dejaron la pobreza el año pasado.

En tanto, en las zonas urbanas se observó una baja de 0.5 puntos porcentuales en los índices de pobreza que pasó de 16.6 a 16.1 por ciento.

"La pobreza se redujo en todas las regiones naturales del Perú, aunque se verificó una mayor contracción en la sierra, al pasar de 38.5 a 34.7 por ciento, denotando una contracción de 3.8 puntos porcentuales", anotó.

En tanto, en la selva se redujo de 32.5 a 31.2 por ciento y en la costa de 16.5 a 15.7 por ciento en el período de análisis. En Lima Metropolitana se contrajo de 14.5 a 12.8 por ciento.

Vílchez manifestó que en los departamentos de Apurímac, Huánuco, Loreto y Junín se registraron las mayores contracciones de la pobreza en 12.7, 4.8, 4.4, y 4.2 puntos porcentuales, respectivamente.

Sin embargo, advirtió que los mayores bolsones de pobreza se registran en Cajamarca, Ayacucho y Amazonas.

Explicó que, en parte, la pobreza en estas regiones respondió a una menor producción minera y de servicios.

Asimismo, Vílchez señaló que la pobreza extrema se redujo de seis a 4.7 por ciento en el país en el 2013, lo que significó que 376,000 personas salieron de la pobreza extrema el año pasado.

Igualmente, se observó una mayor incidencia en la zona rural, donde se redujo de 19.7 1 16.0 por ciento (290,000 menos), mientras que en la zona urbana disminuyó de 1.4 a uno por ciento.

Finalmente, refirió que el umbral debajo de la pobreza es de 292 soles, lo que implica que quien gane menos de ese nivel es considerado pobre y quien gane menos de 155 soles es considerado pobre extremo.

Las personas que superan dichos niveles, pasan de un estado a otro, pudiendo abandonar la pobreza o la pobreza extrema y mejorando su calidad de vida.




Más información aquí

Tribunal Constitucional y Consejo Nacional de la Magistratura en conflicto

Esto es Guerra!

Escribe: Rosa María Palacios

En el Perú, el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) nombra jueces y fiscales. El Tribunal Constitucional (TC) garantiza derechos humanos. Así ha funcionado la asignación clarísima de competencias hasta el pasado 30 de abril, fecha en la que el TC asumió las funciones del CNM nombró a Mateo Castañeda como Fiscal Supremo. Se acabó el Estado de Derecho en una resolución firmada por tres magistrados (Eto, Alvarez, Mesía) todos con mandato vencido.

Dice el TC que Castañeda tiene que ser obligatoriamente nombrado en 10 días. ¿Por qué? Porque el TC lo ordena y punto. El CNM ha votado ¡seis veces! la postulación de Mateo Castañeda, incluyendo los pedidos previos de nueva votación del TC. Las seis veces no ha tenido los votos. ¿No está claro?

¿Y por qué el CNM no quiere a Castañeda de Fiscal Supremo? Hay argumentos formales y otros de conciencia. El Fiscal Mateo Castañeda intervino en el caso BTR para –según testimonio en juicio oral de los propios condenados– extorsionarlos por orden del presidente Alan García y Jorge del Castillo. Si los procesados acusaban a personas inocentes, perseguidas por el régimen, entonces podrían salir en libertad. ¿Mintieron los condenados de BTR? Puede ser. Pero lo que nunca pudieron explicar los culpables de ese abuso público fue como las “incriminaciones” se publicaron en ‘Caretas’ como ciertas, cuando todos los procesados estaban en los calabozos de la Dirandro. ¿Cómo podía saber ‘Caretas’ de las supuestas “incriminaciones” si eso no existe en el expediente? Porque fueron informados del plan en marcha que luego se frustra. No hay otra.

Años después, Castañeda me buscó para que leyera públicamente una carta en que me juraba que no tuvo nada que ver. La leí y le deseé mucha suerte en el primer concurso. Hoy, su conducta procesal y la de sus tres amigos en el TC ha generado un problema institucional mayúsculo y vergonzoso.

Tenemos hoy un Tribunal Inconstitucional. El congresista Abugattas advierte que denunciará constitucionalmente hoy a los tres magistrados y pide al CAL que los inhabilite para el ejercicio de la profesión. El CNM, bandera a media asta, proclama que jamás nombrará a Mateo Castañeda Fiscal Supremo. ¿Qué sigue?