Lo bueno, lo malo y lo feo del 2006

LO BUENO LO MALO Y LO FEO DEL 2006

Por: JAIME PAREDES CALLA (*)

Un año que se va, otro que se viene, con ellos nuevas proyecciones personales, colectivas, sociales, políticas, un país (nuestro Perú) del que podemos extraer lecciones, de las buenas y de las malas experiencias, simplemente lecciones a emular, perfeccionar o enmendar.

Independientemente de nuestras preferencias político partidarias, lo bueno del 2006 es que se llevaron a cabo democráticamente las elecciones generales en abril, y regionales y municipales en noviembre, corresponde al gobierno central (sobre el que estamos esperando el término del “periodo de tregua” de seis meses de iniciada su gestión para pronunciarnos más in extenso) y a las nuevas autoridades regionales y municipales asumir su responsabilidad política en la gestión pública que están desempeñando o van a desempeñar, ya no basta con realizar obras y proyectos de inversión, necesitamos construir confianza de nuestras autoridades con arraigo en la población.

Muchas situaciones y hechos podremos considerarlos como malos (la lista se alarga si discriminamos su alcance a nivel mundial, nacional o local), a nosotros nos parece que los psico sociales de Alan García, su capacidad de crear “cortinas de humo”, aprovechando que existe una opinión pública que hace eco de sus nada santas propuestas, es uno de los malos rasgos del año que se esfuma (léase propuesta del Ejecutivo para aplicar la pena de muerte a los violadores de menores de 6 años y recientemente a los terroristas, a propósito del horrendo y condenable atentado acontecido en Ayacucho).

Lo malo que también nos deja este 2006 es que no se ha concretado (tampoco se concretaría por carecer el Ejecutivo de voluntad política) el impuesto a las sobre ganancias mineras cuando existe un boom del precio internacional de los metales con récords históricos que tienden a incrementarse; el Partido Aprista Peruano ha preferido “pasar el sombrero” a lo que le ha llamado -risiblemente por su insignificancia- el “óbolo minero”, como si las empresas mineras nos hicieran un favor al explotar los recursos naturales de los que el Estado peruano es “soberano en su aprovechamiento” (artículo 66 de nuestra Constitución Política), contaminando nuestro entorno ambiental y generando innumerables conflictos sociales por el pésimo o nulo ejercicio de la responsabilidad social (salvo raras excepciones).

Lo feo del 2006, consideramos ha sido que el SUTEP haya mostrado reticencias al proceso de evaluación propuesto por el Ministerio de Educación al punto de postergarse hasta los primeros días de enero del nuevo año su concreción, pero (por nuestra óptica ciudadana) lo más lamentable es que no haya un proyecto político integrador para nuestro país, quizá esté construyéndose, lo cual a su vez supone consolidar indispensablemente nuestra apuesta para su consecución.

Procurémonos un próspero año 2007, no con suerte sino con muchas felicidades y éxitos.

E-mail: ciudadanojaimeparedes@gmail.com

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