El Proyecto de Opinión Pública de América Latina (LAPOP), ha publicado el estudio del Barómetro de las Américas: Cultura política de la democracia en México, 2010.
Consolidación democrática en las Américas en tiempos difíciles, cuyos resultados son de interés y relevancia en materia de política pública para los ciudadanos, las ONGs, los académicos y los gobiernos de los distintos países, así como para la comunidad de donantes internacionales. Se espera que pueda ser utilizado no sólo para ayudar al avance de la agenda de democratización, sino que también sirva a la comunidad académica que ha estado involucrada en la tarea de determinar qué valores son los que más probablemente promueven una democracia estable.
Para cada país y en perspectiva comparada, se examinan temas como la legitimidad política, la tolerancia política, el apoyo a la democracia estable, la participación de la sociedad civil y el capital social, el estado de derecho, las evaluaciones del gobierno local y la participación ciudadana en los mismos, la victimización por delincuencia, la victimización por corrupción y el comportamiento electoral. Para el año 2010, se enfocan en nuevas áreas, en particular la crisis económica y cómo la misma estaba afectando a los ciudadanos. El informe de cada país contiene análisis de éste y otros temas importantes relacionados con los valores y el comportamiento democráticos.
Cultura política de la democracia en México 2010
Blog de Jaime Paredes Calla. Permite acceder a mis artículos, información sobre actualidad y algunos vínculos que sugiero visitar
domingo, 30 de enero de 2011
sábado, 29 de enero de 2011
Un ciberoráculo para vaticinar las crisis
Un ciberoráculo para vaticinar las crisis
Un proyecto de la UE quiere utilizar supercomputadoras para desarrollar simulaciones que predigan el futuro procesando una cantidad inédita de datos
Escribe: JAVIER SALAS MADRID
Cuando los reyes acudían al santuario de Apolo en Delfos para conocer el porvenir de sus batallas, territorios y reinados, y los tiranos gobernaban en función de las crípticas respuestas que mascullaba una pitonisa, los hombres conocían aquel lugar como el "ombligo del mundo". La solución a los problemas estaba en aquellos templos a los pies del monte Parnaso. Un oráculo que guía a las naciones ante sus dilemas es una idea poderosa, sobre todo si es fiable, algo que un grupo de científicos no considera ni inviable ni lejano.
Los investigadores que se han congregado en torno al proyecto Living Earth Simulator (Simulador de la Tierra Viva) aspiran a tener lo más parecido a un oráculo funcionando a pleno rendimiento en apenas una década. "Es hora de revelar los procesos y las leyes ocultas que transforman las sociedades a través de un trabajo conjunto, y un esfuerzo multidisciplinar a gran escala", asegura a Público el líder de este proyecto, el profesor Dirk Helbing, del Instituto Suizo de Tecnología. "Se trata del reto científico más acuciante de nuestro siglo", añade.
El proyecto, que implicará a pleno rendimiento a 150 científicos de todo el mundo sólo durante este año de preparativos, pretende realizar las más complejas simulaciones de la sociedad humana mediante la suma, en los más potentes supercomputadores, de cantidades ingentes de información de casi todas las disciplinas del conocimiento humano. Es la mayor colección de conocimiento empleada nunca.
Mezclados, no agitados, estos datos deben permitir leer correctamente los comportamientos humanos, y posteriormente deconstruirlos para crear modelos fiables que sirvan para simular el porvenir y proyectar el futuro con información de calidad.
"Necesitamos desarrollar modelos realistas que reflejen toda la gama de posibles eventos futuros, la probabilidad de que ocurran dado el estado actual del mundo y qué hará que una posibilidad u otra sea más probable. Con esos modelos podemos dibujar conclusiones útiles como qué acciones favorecerán situaciones positivas y qué medidas frenarán o atenuarán el desarrollo de problemas eventuales, como crisis económicas y desastres", defiende Helbing, experto en simulación del comportamiento de peatones.
Un nuevo proyecto Manhattan
Los científicos apuntados al experimento, de más de 150 instituciones del prestigio de las universidades de Cambridge, Oxford, Bolonia y Harvard, el MIT y la London School of Economics, no pueden ser considerados modestos, ya que comparan las dimensiones del LES con lo que supusieron las misiones Apolo para la carrera espacial, el proyecto Manhattan para la física nuclear o el proyecto Genoma para el ADN. La revolución, en este caso, será para las ciencias sociales.
Evidentemente, las dimensiones de la información con los que los investigadores alimentarán sus máquinas van mucho más allá de pautas estadísticas sobre tráfico y movilidad peatonal. El experimento ya cuenta con el apoyo de expertos en áreas tan dispares como sociología, ciencia cognitiva, antropología, economía, ciencias políticas, leyes, biología, ecología, informática, ingeniería, matemáticas y física. Cientos de técnicos y expertos de 25 países distintos trabajarán para recopilar todos los datos disponibles (desde el uso de teléfonos móviles hasta sensores de cámaras de tráfico) de cada una de estas ramas del saber actuales y futuras para que no falte ni una gota de interés dentro del cóctel. La coctelera será la supercomputación distribuida puesta al servicio del LES de manera coordinada desde distintos países del nuevo ombligo del mundo, Europa.
Europa paga
Porque es, o será, un proyecto europeo. En marzo, la Comisión Europea concederá los primeros euros para ponerlo en marcha, la décima parte de los 1.000 millones de euros que serán necesarios para este experimento de diez años. "Si les gusta lo que realicemos durante el primer año, el piloto, nos darán el resto", afirma Steven Bishop, coordinador del proyecto y responsable de ponerlo en marcha con la financiación necesaria, y quien reconoce a este diario su confianza en que les den el primer cheque.
Si todo marcha como esperan, en 2013 echará a andar el experimento y en 2015 comenzarán a diseñar los nuevos conceptos de simulación y recolección de datos. A finales de esta década tendrán los primeros escenarios de simulación y visualización de la realidad global y para 2022 ya podrá realizar predicciones a escala planetaria. "Supongo que los primeros resultados tardarán algunos años, pero esperamos lanzar los primeros patrones casi desde el principio, tras el primer año de trabajo", adelanta Bishop. Este profesor del University College of London no se corta a la hora de enunciar las profecías que serán capaces de realizar: "Sin lugar a dudas, vaticinaremos crisis como la reciente".
"Aumentará nuestra capacidad de evitar escenarios negativos para la sociedad", anuncia Helbing, "porque tendremos desmenuzados los mecanismos que están detrás de desastres financieros, crisis medioambientales, pandemias y otras situaciones catastróficas". Para afinar el tiro de este tipo predicciones, se constituirán observatorios de crisis que permitan un análisis en tiempo real del flujo de datos, para detectar a tiempo alertas de acontecimientos inminentes como el aumento de la criminalidad, la corrupción de sistemas, desabastecimientos de agua, etc.
Será la primera vez que se aplican estas técnicas de predicción por medio de supercomputadores -tan habituales en física- al análisis de las disciplinas que estudian la relación de los humanos con su entorno, reñidas desde siempre con las matemáticas predictivas. En este campo, uno de los legados del LES será dejar un lenguaje formal todavía en pañales. Incluso se proponen enseñar a programar a estos expertos en ciencias socioeconómicas, para que aprovechen todas las posibilidades del flujo de información.
Ya en la actualidad hay siete instituciones españolas implicadas en este esfuerzo, entre las que está el Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona (BSC), donde ya trabajan a pequeña escala con tres millones del Ministerio de Ciencia en el desarrollo de una metodología dirigida a simular las sociedades. En su caso, analizarán yacimientos arquelógicos y su evolución para probar que los modelos de simulación son correctos.
"Estamos aplicando en la arqueología la posibilidad de llevar la simulación de manera masiva a las ciencias sociales", afirma el investigador del BSC Xavier Rubio. Desde allí se trabajará de manera paralela en ambos proyectos, que para Rubio son muy prometedores. "Vamos a crear una metodología de trabajo inédita. En física han trabajado 300 años con los mismos métodos, nosotros apenas llevamos 20. Será revolucionario expresar las ciencias sociales en un lenguaje formal, más fácil de probar y de contestar", asegura Rubio, quien todavía no tiene claro cómo harán los superordenadores de Suiza, Alemania y España para trabajar de forma coordinada en el LES.
¿Y si cayera en malas manos?
Para evitar un mal uso las cantidades ingentes de información que el LES va a digerir y suministrar, se desarrollarán sistemas para prevenir la identificación de individuos, sus preferencias y comportamientos, permaneciendo anónimos. Los responsables del proyecto insisten en que la tecnología que pretenden desarrollar, por la que ya se ha interesado el magnate George Soros, también está al alcance de gobiernos o corporaciones que quieran invertir en una máquina sabelotodo como la suya. Por eso, resumen, mejor en manos de la UE.
Steven Bishop reclama que es "el momento de atajar los grandes problemas. Tenemos que ayudar a los que toman las grandes decisiones a optar por acciones que no nos lleven a futuras dificultades", resume este científico. Eso sí, además de las buenas intenciones que demuestran, no niegan que sus hallazgos puedan traer consigo interesantes oportunidades de negocio gracias a los sofisticados datos que se podrán obtener sobre el comportamiento de los consumidores o el desarrollo de proyecciones financieras.
Fuente: Público.es
Un proyecto de la UE quiere utilizar supercomputadoras para desarrollar simulaciones que predigan el futuro procesando una cantidad inédita de datos
Escribe: JAVIER SALAS MADRID
Cuando los reyes acudían al santuario de Apolo en Delfos para conocer el porvenir de sus batallas, territorios y reinados, y los tiranos gobernaban en función de las crípticas respuestas que mascullaba una pitonisa, los hombres conocían aquel lugar como el "ombligo del mundo". La solución a los problemas estaba en aquellos templos a los pies del monte Parnaso. Un oráculo que guía a las naciones ante sus dilemas es una idea poderosa, sobre todo si es fiable, algo que un grupo de científicos no considera ni inviable ni lejano.
Los investigadores que se han congregado en torno al proyecto Living Earth Simulator (Simulador de la Tierra Viva) aspiran a tener lo más parecido a un oráculo funcionando a pleno rendimiento en apenas una década. "Es hora de revelar los procesos y las leyes ocultas que transforman las sociedades a través de un trabajo conjunto, y un esfuerzo multidisciplinar a gran escala", asegura a Público el líder de este proyecto, el profesor Dirk Helbing, del Instituto Suizo de Tecnología. "Se trata del reto científico más acuciante de nuestro siglo", añade.
El proyecto, que implicará a pleno rendimiento a 150 científicos de todo el mundo sólo durante este año de preparativos, pretende realizar las más complejas simulaciones de la sociedad humana mediante la suma, en los más potentes supercomputadores, de cantidades ingentes de información de casi todas las disciplinas del conocimiento humano. Es la mayor colección de conocimiento empleada nunca.
Mezclados, no agitados, estos datos deben permitir leer correctamente los comportamientos humanos, y posteriormente deconstruirlos para crear modelos fiables que sirvan para simular el porvenir y proyectar el futuro con información de calidad.
"Necesitamos desarrollar modelos realistas que reflejen toda la gama de posibles eventos futuros, la probabilidad de que ocurran dado el estado actual del mundo y qué hará que una posibilidad u otra sea más probable. Con esos modelos podemos dibujar conclusiones útiles como qué acciones favorecerán situaciones positivas y qué medidas frenarán o atenuarán el desarrollo de problemas eventuales, como crisis económicas y desastres", defiende Helbing, experto en simulación del comportamiento de peatones.
Un nuevo proyecto Manhattan
Los científicos apuntados al experimento, de más de 150 instituciones del prestigio de las universidades de Cambridge, Oxford, Bolonia y Harvard, el MIT y la London School of Economics, no pueden ser considerados modestos, ya que comparan las dimensiones del LES con lo que supusieron las misiones Apolo para la carrera espacial, el proyecto Manhattan para la física nuclear o el proyecto Genoma para el ADN. La revolución, en este caso, será para las ciencias sociales.
Evidentemente, las dimensiones de la información con los que los investigadores alimentarán sus máquinas van mucho más allá de pautas estadísticas sobre tráfico y movilidad peatonal. El experimento ya cuenta con el apoyo de expertos en áreas tan dispares como sociología, ciencia cognitiva, antropología, economía, ciencias políticas, leyes, biología, ecología, informática, ingeniería, matemáticas y física. Cientos de técnicos y expertos de 25 países distintos trabajarán para recopilar todos los datos disponibles (desde el uso de teléfonos móviles hasta sensores de cámaras de tráfico) de cada una de estas ramas del saber actuales y futuras para que no falte ni una gota de interés dentro del cóctel. La coctelera será la supercomputación distribuida puesta al servicio del LES de manera coordinada desde distintos países del nuevo ombligo del mundo, Europa.
Europa paga
Porque es, o será, un proyecto europeo. En marzo, la Comisión Europea concederá los primeros euros para ponerlo en marcha, la décima parte de los 1.000 millones de euros que serán necesarios para este experimento de diez años. "Si les gusta lo que realicemos durante el primer año, el piloto, nos darán el resto", afirma Steven Bishop, coordinador del proyecto y responsable de ponerlo en marcha con la financiación necesaria, y quien reconoce a este diario su confianza en que les den el primer cheque.
Si todo marcha como esperan, en 2013 echará a andar el experimento y en 2015 comenzarán a diseñar los nuevos conceptos de simulación y recolección de datos. A finales de esta década tendrán los primeros escenarios de simulación y visualización de la realidad global y para 2022 ya podrá realizar predicciones a escala planetaria. "Supongo que los primeros resultados tardarán algunos años, pero esperamos lanzar los primeros patrones casi desde el principio, tras el primer año de trabajo", adelanta Bishop. Este profesor del University College of London no se corta a la hora de enunciar las profecías que serán capaces de realizar: "Sin lugar a dudas, vaticinaremos crisis como la reciente".
"Aumentará nuestra capacidad de evitar escenarios negativos para la sociedad", anuncia Helbing, "porque tendremos desmenuzados los mecanismos que están detrás de desastres financieros, crisis medioambientales, pandemias y otras situaciones catastróficas". Para afinar el tiro de este tipo predicciones, se constituirán observatorios de crisis que permitan un análisis en tiempo real del flujo de datos, para detectar a tiempo alertas de acontecimientos inminentes como el aumento de la criminalidad, la corrupción de sistemas, desabastecimientos de agua, etc.
Será la primera vez que se aplican estas técnicas de predicción por medio de supercomputadores -tan habituales en física- al análisis de las disciplinas que estudian la relación de los humanos con su entorno, reñidas desde siempre con las matemáticas predictivas. En este campo, uno de los legados del LES será dejar un lenguaje formal todavía en pañales. Incluso se proponen enseñar a programar a estos expertos en ciencias socioeconómicas, para que aprovechen todas las posibilidades del flujo de información.
Ya en la actualidad hay siete instituciones españolas implicadas en este esfuerzo, entre las que está el Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona (BSC), donde ya trabajan a pequeña escala con tres millones del Ministerio de Ciencia en el desarrollo de una metodología dirigida a simular las sociedades. En su caso, analizarán yacimientos arquelógicos y su evolución para probar que los modelos de simulación son correctos.
"Estamos aplicando en la arqueología la posibilidad de llevar la simulación de manera masiva a las ciencias sociales", afirma el investigador del BSC Xavier Rubio. Desde allí se trabajará de manera paralela en ambos proyectos, que para Rubio son muy prometedores. "Vamos a crear una metodología de trabajo inédita. En física han trabajado 300 años con los mismos métodos, nosotros apenas llevamos 20. Será revolucionario expresar las ciencias sociales en un lenguaje formal, más fácil de probar y de contestar", asegura Rubio, quien todavía no tiene claro cómo harán los superordenadores de Suiza, Alemania y España para trabajar de forma coordinada en el LES.
¿Y si cayera en malas manos?
Para evitar un mal uso las cantidades ingentes de información que el LES va a digerir y suministrar, se desarrollarán sistemas para prevenir la identificación de individuos, sus preferencias y comportamientos, permaneciendo anónimos. Los responsables del proyecto insisten en que la tecnología que pretenden desarrollar, por la que ya se ha interesado el magnate George Soros, también está al alcance de gobiernos o corporaciones que quieran invertir en una máquina sabelotodo como la suya. Por eso, resumen, mejor en manos de la UE.
Steven Bishop reclama que es "el momento de atajar los grandes problemas. Tenemos que ayudar a los que toman las grandes decisiones a optar por acciones que no nos lleven a futuras dificultades", resume este científico. Eso sí, además de las buenas intenciones que demuestran, no niegan que sus hallazgos puedan traer consigo interesantes oportunidades de negocio gracias a los sofisticados datos que se podrán obtener sobre el comportamiento de los consumidores o el desarrollo de proyecciones financieras.
Fuente: Público.es
martes, 25 de enero de 2011
Agravamiento del conflicto en Rusia
Otra vez Moscú
Escribe: Ramiro Escobar
rescobar@larepublica.com.pe
El terrible atentado de ayer en el aeropuerto moscovita de Domodédovo, que al cierre de estas líneas había causado al menos 30 muertos, no es, desgraciadamente, un fogonazo inusual, sino un estallido más de una mecha largamente prendida. Ataques de este tipo, con diversas variantes de crueldad y precisión, se han producido en Rusia desde 1995.
Este mismo aeropuerto tampoco es ajeno al terror. El 24 de agosto del 2004, dos aviones que habían despegado de su pista estallaron en el aire y luego cayeron, lo que provocó 90 víctimas mortales. Fue el mismo año en que, en setiembre, el rescate de rehenes en una escuela de Beslán (Osetia del Norte) terminó con 331 muertos, entre ellos varios niños.
Desde Lima, quizás esta sangrienta saga se ve lejana, pero no es irrelevante. Expresa un durísimo problema que Rusia, la otrora potencia y ahora país emergente (o más bien re-emergente), enfrenta por no haber podido resolver los conflictos que estallaron, de manera vitriólica y especialmente en el Cáucaso, al disolverse la URSS en 1991.
El Cáucaso es una suerte de puente entre el Mar Negro y el Mar Caspio y también un corredor que une Europa del Este y Asia Occidental. Antes era, casi totalmente, parte del imperio soviético, pero hoy está dividido, en el sur, en países independientes (Georgia, Armenia, Azerbaiyán) y, en el norte, en repúblicas que son parte de la Federación Rusa.
De estas últimas, donde buena parte de la gente es rusa a su pesar, provienen los comandos, o en algunos casos los solitarios atacantes suicidas, que suelen asestar estos golpes de terror contra la población civil. Lo de Domodédovo parece tener también ese origen y poner en evidencia que un resentimiento feroz late y las soluciones naufragan.
Añadamos que en Chechenia y Daguestán, dos de esas repúblicas levantiscas, la apuesta política de Moscú no ha sido precisamente pacífica y que en la región hay hidrocarburos, con lo que se tiene la fórmula perfecta para agravar un conflicto: recursos naturales ricos, intransigencia de ambas partes y un desprecio militante por los derechos humanos.
Fuente: La República
Escribe: Ramiro Escobar
rescobar@larepublica.com.pe
El terrible atentado de ayer en el aeropuerto moscovita de Domodédovo, que al cierre de estas líneas había causado al menos 30 muertos, no es, desgraciadamente, un fogonazo inusual, sino un estallido más de una mecha largamente prendida. Ataques de este tipo, con diversas variantes de crueldad y precisión, se han producido en Rusia desde 1995.
Este mismo aeropuerto tampoco es ajeno al terror. El 24 de agosto del 2004, dos aviones que habían despegado de su pista estallaron en el aire y luego cayeron, lo que provocó 90 víctimas mortales. Fue el mismo año en que, en setiembre, el rescate de rehenes en una escuela de Beslán (Osetia del Norte) terminó con 331 muertos, entre ellos varios niños.
Desde Lima, quizás esta sangrienta saga se ve lejana, pero no es irrelevante. Expresa un durísimo problema que Rusia, la otrora potencia y ahora país emergente (o más bien re-emergente), enfrenta por no haber podido resolver los conflictos que estallaron, de manera vitriólica y especialmente en el Cáucaso, al disolverse la URSS en 1991.
El Cáucaso es una suerte de puente entre el Mar Negro y el Mar Caspio y también un corredor que une Europa del Este y Asia Occidental. Antes era, casi totalmente, parte del imperio soviético, pero hoy está dividido, en el sur, en países independientes (Georgia, Armenia, Azerbaiyán) y, en el norte, en repúblicas que son parte de la Federación Rusa.
De estas últimas, donde buena parte de la gente es rusa a su pesar, provienen los comandos, o en algunos casos los solitarios atacantes suicidas, que suelen asestar estos golpes de terror contra la población civil. Lo de Domodédovo parece tener también ese origen y poner en evidencia que un resentimiento feroz late y las soluciones naufragan.
Añadamos que en Chechenia y Daguestán, dos de esas repúblicas levantiscas, la apuesta política de Moscú no ha sido precisamente pacífica y que en la región hay hidrocarburos, con lo que se tiene la fórmula perfecta para agravar un conflicto: recursos naturales ricos, intransigencia de ambas partes y un desprecio militante por los derechos humanos.
Fuente: La República
viernes, 21 de enero de 2011
Contradicciones en "la Suiza americana", asomo de la xenofobia, autoritarismo y militarismo
El “siniestro” pacifismo costarricense
Escribe: Laura Álvarez Garro
“… democracia pasiva… autoaplicada sin razonamiento… con el agravante de que frecuentemente procederemos como si viviéramos en una democracia efectiva, actuando con la libertad que esto significa, y cuando tal hacemos, recibimos una discreta llamada de atención que nos pone a dudar de la Carta Fundamental de la República.”
Yolanda Oreamuno, 1938
Cuando me disponía a viajar a Costa Rica, después de un año ausente, mis amigos costarricenses me hicieron una advertencia: “aquí las cosas están diferentes, vas a sentir algo feo”. Y eso “algo feo”, lo definían como un creciente clima de autoritarismo e intolerancia. Sin embargo, pensaba yo, estas dos características no han estado ausentes en la historia costarricense, es más, pareciera que éstas han sido parte del núcleo central de la “idiosincrasia tica”. La Costa Rica “blanca, pacífica, iguali – tica” ha formado parte de un imaginario construido desde el mismo comienzo de la nación, que se basó en el desprecio al “otro”, principalmente el desprecio por nuestros vecinos de Centroamérica, posición de la que ciertos sectores de la población todavía parecen sentirse bastante orgullosos. De acuerdo a Sandoval García (2002: 109), a través de los siglos XIX y XX, las representaciones de nacionalidad, se han concentrado en subrayar el carácter “único” de Costa Rica[1], caracterizado por valores políticos como “democracia”, “paz” e “igualdad social”. Aunado a lo anterior, alrededor de la figura costarricense se han anclado atributos étnicos que identifican a la nación como la más “blanca”[2] de Centroamérica y la que “mejor” español habla de la región.
Este “mito democrático” se ha materializado en diversos rasgos, que se han modificado a su vez históricamente. El primero de ellos, era la noción de “democracia rural”, aquella donde se instala la imagen del “labriego sencillo” que compartía su pobreza y su esfuerzo con el resto de la población. Esta imagen del “igualitico” servirá de plataforma para luego sustentar la noción de democracia: una nación en la cual todos son iguales porque se tiene derecho al voto. Un segundo rasgo que proviene de esta narrativa, es el aislamiento. Pareciera ser que Costa Rica se desarrolló en una región “ajena”, en un lugar que “no le correspondía”. Centroamérica se utilizó como marco de referencia para marcar al “otro”, a ese otro negativo con el cual se comparaban los aciertos y desaciertos. A este rasgo se le suma, el del pacifismo, que si bien fue formulado desde épocas tempranas, adquiere mayor connotación posterior a la abolición del ejército. Finalmente, otro rasgo que adquiere relevancia es la educación: la idea de un pueblo racional que ha sabido planificar su futuro para evitar caer en los conflictos de los demás países de la región. Por consiguiente, ser costarricense implica ser democrático, con todas las implicaciones que esto contiene, entre ellas, la imposibilidad de integrar hechos que contradigan o pongan en duda tal representación (Solís Avendaño, 2006: 57).
Ahora bien, volviendo a la advertencia realizada, recordaba una serie de acontecimientos recientes que me daban una pista acerca de qué querían decir mis amigos, como lo fue la aparición en medios de comunicación de un memorándum[3] firmado por el vicepresidente de turno y un diputado oficialista (Kevin Casas y Fernando Sánchez respectivamente), en el cual se dictaba una serie de medidas basadas en el miedo y la coerción, que tenían por objetivo obtener votos para garantizar un resultado positivo en el referéndum acerca de la conveniencia de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y República Dominicana (DR – CAFTA). Recordaba la tendencia autoritaria de la élite política, comandada desde hace años por Oscar Arias Sánchez y Rodrigo Arias Sánchez, que ha tenido por consecuencia sonados casos de corrupción asociados a concesiones de carreteras[4], proyectos turísticos con graves daños ambientales[5] y una minería a cielo abierto declarada de “interés nacional”[6], entre otros. Me preguntaba cómo, a pesar de lo anterior, un sector de la población otorgó un voto de confianza a este orden de las cosas en las elecciones de este año, donde Laura Chinchilla, protegida de los Arias, queda presidenta, ha asumido posiciones conservadoras anti – matrimonio homosexual y anti – aborto y envió al olvido un proyecto de ley que pretendía, en definitiva, establecer el Estado Laico. Finalmente, recordaba imágenes del permiso otorgado por la Asamblea Legislativa para la entrada de 13 000 militares estadounidenses al territorio nacional en 46 buques artillados, que estarían exentos de cualquier tipo de responsabilidad penal y civil por sus acciones[7].
Sin embargo, lo más grave que pensaba era que esta serie de recuerdos no se detenían con las acciones de las cúpulas políticas. Más preocupante inclusive, era pensar en la tendencia autoritaria inscrita en el interior de la sociedad costarricense, que se expresa en la intolerancia hacia cualquier pensamiento diferente o que critique este orden de las cosas, que inmediatamente se etiqueta a quienes lo ejercen como comunistas o “chancletudos”[8]; que juzga y condena cualquier tipo de sexualidad alternativa y que, finalmente, es profundamente xenofóbica.[9] Esto se expresa a partir de la emergencia de grupos que desaprueban públicamente cualquier acción de protesta por parte de sectores estudiantes o sindicales[10] y que aprueban la represión policial como parte de un ejercicio democrático[11], así como grupos que impulsan iniciativas como la consulta vía referéndum acerca de la unión civil entre personas homosexuales[12]. Estas tendencias inclusive aparecen de forma repetida en los informes del Latinobarómetro: en el informe del 2010 se muestra que el 47% de los costarricenses está a favor de pasar por encima de las leyes, el Congreso y las instituciones para resolver alguna situación difícil.[13]
¿Entonces qué es eso “feo” de lo que hablaban mis amigos? Si ya la mayoría de cosas que yo recordaba o que me había enterado me parecían suficientemente alarmantes, ¿que había o estaba sucediendo para instalar un clima de descontento entre algunas personas?
Dar cuenta de esto implica ir despacio y a la letra. Si bien, como mencioné al principio, el autoritarismo y la intolerancia no han sido rasgos ajenos a la construcción del costarricense, parece que en los últimos años, y de forma más agravada durante los últimos meses, estos rasgos han perdido su latencia. Es decir, lo que se observa en el país es el resultado de décadas de ataques del Gobierno en contra de cualquier cuestionamiento, en conjunción con una sociedad altamente conservadora que ahora encuentra “justificaciones y razones” válidas para ir captando cada vez más simpatizantes. De esta forma, cada vez más personas apoyan acciones autoritarias del Gobierno en contra de movimientos sociales, apoya el cierre de fronteras, y lo que es más preocupante, desea un gobierno de mano dura, entre otros. Pareciera que cada vez somos menos los que pensamos en una sociedad horizontal y con oportunidades amplias para todos, los que pensamos en una resolución pacífica de los conflictos.
Ahora, la pregunta obligada que deviene de ese supuesto “carácter” pacífico de los costarricenses, es: ¿como puede estar sucediendo esto? La respuesta devela qué querían decir mis amigos con esa sensación “fea” que sienten en el aire. Ahora es más evidente que nunca que el supuesto pacifismo tico era la cara de una moneda que del otro lado escondía altos niveles de intolerancia, desprecio, racismo, xenofobia y discriminación a lo diferente. Esto es lo que parece haber “explotado” en los últimos meses: se ha hecho evidente aquello que hasta unos años parecía estar latente en la sociedad costarricense.
Lo “feo” no sería nada más que la emergencia de lo siniestro en términos freudianos. Si recordamos ese pequeño artículo de Freud de 1919[14] lo siniestro no es aquello desconocido o ajeno al sujeto, sino aquello que es tan familiar que resulta terrorífico. Y eso es lo que está emergiendo en la sociedad costarricense. Pareciera que aquello que había permanecido tan escondido, tan respetuoso de lo políticamente correcto y de las buenas costumbres, se ha desplazado por un pacifismo que ahora, bajo el argumento de defender el orden de las cosas, acepta el uso de la violencia y de la represión como herramientas válidas.
En mi regreso a México, encuentro que esta situación se agrava todavía más, motivada por un seudoconflicto nacionalista provocado por las cúpulas políticas de Costa Rica y Nicaragua. Como reacción a esto, surgen sectores de la población que parecen sacados de las peores versiones del totalitarismo nacionalsocialista, del fascismo italiano o de las dictaduras latinoamericanas de la década de 1970, que incitan y llaman a las armas con la misma facilidad con la que habla de futbol. Se convoca a “limpiar” al país de migrantes “indeseables”, que solamente “manchan” la sangre pura española, de la cual se consideran herederos.[15] Pero ahí no termina. Esto desgraciadamente se pone peor, en tanto esta posición encuentra eco en los principales medios de comunicación, que ahora llaman a poner “la bandera en cada casa costarricense”, como una forma de demostrar nuestro orgullo nacional frente a las otras naciones.
Lo doloroso de escribir estas líneas es saber que esto puede ser la crónica de un autoritarismo anunciado. La semana pasada, ya se dio un paso más evidente hacia esta dirección: se lanzó una bomba molotov en contra de la embajada de Nicaragua.[16] Si ahora son los migrantes, que históricamente han sido objeto de repudio y discriminación en suelo tico, mañana se convocará a las armas y se lanzarán molotov para librarnos de “chancletudos”, comunistas transnochados, anarquistas, homosexuales, transexuales, o cualquier cosa que atente contra esta imagen idílica del país pacífico. Es decir, lo que hace unos años eran manifestaciones de algunos grupos radicales de extrema derecha, ahora parecen ser parte de un amplio porcentaje de la población. Se están creando las precondiciones para una sociedad que mire con benevolencia y apoye propuestas de corte más autoritarias.
Así es como se puede definir la advertencia de mis amigos. Lo “feo” en esta situación, es observar como nunca fuimos esa nación idílica que los libros de texto y los medios de comunicación nacionales e internacionales quisieron vender, nunca fuimos un país tolerante y amistoso hacia el extranjero (claro está, si son estadounidenses o europeos ahí nadie habla de “defender” la soberanía), no protegemos al ambiente, simplemente lucramos con él.
Esto es lo “feo”: la “Suiza Centroamericana” finalmente se sacó la careta y está mostrando su verdadero rostro.
Referencias bibliográficas
Freud, S. (1919). Lo ominoso. Standard Edition. Versión digital.
Sandoval García, C. (2002/2008). Otros amenazantes. Los nicaragüenses y la formación de identidades nacionales en Costa Rica. Costa Rica: Editorial UCR.
Solís Avendaño, M. (2006). La institucionalidad ajena. Los años cuarenta y el fin de siglo. Costa Rica: Editorial UCR.
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[1] Felipe Molina en su libro Bosquejo de la República de Costa Rica, escrito en 1851 afirma: “Costa Rica – argumentó Molina – tenía una población “blanca” y trabajadora, la cual vivía aislada como resultado de las características geográficas del país.” (Sandoval García, 2002: 115).
[2] Esta percepción de ser la nación más blanca de Centroamérica, impulsó inclusive proyectos “higiénicos” estatales. Por ejemplo, en 1916 se publica el Libro Azul, producción destinada a atraer inmigrantes europeos (migración deseada), en la cual se define al costarricense de esta forma: “En todas partes se verá el tipo puro de la raza céltica – ibero, raza pensadora y fuerte, que ha sido la principal creadora de la actual civilización en el mundo.” (Sandoval García, 2002: 149). Por otro lado, la migración indeseada estaba asociada con la población china, árabe, turca, siria, armenia y gitana, cuya entrada a Costa Rica fue prohibida en 1897. A nivel interno también existía una discriminación por el color de la piel, ejemplo de lo anterior es la prohibición que hizo el Congreso en 1934 de que los afrocaribeñas fueran contratados en el pacifico (Sandoval García, 2002: 150).
[3] http://www.semanario.ucr.ac.cr/index.php/mainmenu-suplementos/mainmenu-malacrianza/705-indignacion.html
[4] http://www.larepublica.net/app/cms/www/index.php?pk_articulo=40705
[5] http://www.elpais.cr/articulos.php?id=36289
[6] http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=96895
[7] http://www.elpais.cr/articulos.php?id=27925
[8] http://reydelpokercr.blogspot.com/2010/04/que-es-un-chancletudo.html
[9] http://alainet.org/active/42286
[10] http://www.facebook.com/nomaschancletudos?v=wall
[11] http://www.facebook.com/yoquieroretenes?ref=mf
[12]http://es.wikipedia.org/wiki/Refer%C3%A9ndum_sobre_la_Ley_de_Uniones_Civiles_en_Costa_Rica_de_2010
[13] http://www.nacion.com/2010-12-04/ElPais/NotasSecundarias/ElPais2611398.aspx
[14] Freud, S. (1919). Lo ominoso. Standard Edition. Versión digital.
[15] http://www.facebook.com/pages/Movimiento-Costa-Rica-Libre/109570435728694. Este movimiento se desarrolló durante la década de 1960 y adquirió mayor preponderancia en la escena política nacional en la década de 1980. Mayor información en http://es.wikipedia.org/wiki/Movimiento_Costa_Rica_Libre
[16] http://mexico.cnn.com/mundo/2010/11/13/lanzan-un-explosivo-a-la-embajada-de-nicaragua-en-costa-rica
Fuente: Distintas Latitudes
Escribe: Laura Álvarez Garro
“… democracia pasiva… autoaplicada sin razonamiento… con el agravante de que frecuentemente procederemos como si viviéramos en una democracia efectiva, actuando con la libertad que esto significa, y cuando tal hacemos, recibimos una discreta llamada de atención que nos pone a dudar de la Carta Fundamental de la República.”
Yolanda Oreamuno, 1938
Cuando me disponía a viajar a Costa Rica, después de un año ausente, mis amigos costarricenses me hicieron una advertencia: “aquí las cosas están diferentes, vas a sentir algo feo”. Y eso “algo feo”, lo definían como un creciente clima de autoritarismo e intolerancia. Sin embargo, pensaba yo, estas dos características no han estado ausentes en la historia costarricense, es más, pareciera que éstas han sido parte del núcleo central de la “idiosincrasia tica”. La Costa Rica “blanca, pacífica, iguali – tica” ha formado parte de un imaginario construido desde el mismo comienzo de la nación, que se basó en el desprecio al “otro”, principalmente el desprecio por nuestros vecinos de Centroamérica, posición de la que ciertos sectores de la población todavía parecen sentirse bastante orgullosos. De acuerdo a Sandoval García (2002: 109), a través de los siglos XIX y XX, las representaciones de nacionalidad, se han concentrado en subrayar el carácter “único” de Costa Rica[1], caracterizado por valores políticos como “democracia”, “paz” e “igualdad social”. Aunado a lo anterior, alrededor de la figura costarricense se han anclado atributos étnicos que identifican a la nación como la más “blanca”[2] de Centroamérica y la que “mejor” español habla de la región.
Este “mito democrático” se ha materializado en diversos rasgos, que se han modificado a su vez históricamente. El primero de ellos, era la noción de “democracia rural”, aquella donde se instala la imagen del “labriego sencillo” que compartía su pobreza y su esfuerzo con el resto de la población. Esta imagen del “igualitico” servirá de plataforma para luego sustentar la noción de democracia: una nación en la cual todos son iguales porque se tiene derecho al voto. Un segundo rasgo que proviene de esta narrativa, es el aislamiento. Pareciera ser que Costa Rica se desarrolló en una región “ajena”, en un lugar que “no le correspondía”. Centroamérica se utilizó como marco de referencia para marcar al “otro”, a ese otro negativo con el cual se comparaban los aciertos y desaciertos. A este rasgo se le suma, el del pacifismo, que si bien fue formulado desde épocas tempranas, adquiere mayor connotación posterior a la abolición del ejército. Finalmente, otro rasgo que adquiere relevancia es la educación: la idea de un pueblo racional que ha sabido planificar su futuro para evitar caer en los conflictos de los demás países de la región. Por consiguiente, ser costarricense implica ser democrático, con todas las implicaciones que esto contiene, entre ellas, la imposibilidad de integrar hechos que contradigan o pongan en duda tal representación (Solís Avendaño, 2006: 57).
Ahora bien, volviendo a la advertencia realizada, recordaba una serie de acontecimientos recientes que me daban una pista acerca de qué querían decir mis amigos, como lo fue la aparición en medios de comunicación de un memorándum[3] firmado por el vicepresidente de turno y un diputado oficialista (Kevin Casas y Fernando Sánchez respectivamente), en el cual se dictaba una serie de medidas basadas en el miedo y la coerción, que tenían por objetivo obtener votos para garantizar un resultado positivo en el referéndum acerca de la conveniencia de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y República Dominicana (DR – CAFTA). Recordaba la tendencia autoritaria de la élite política, comandada desde hace años por Oscar Arias Sánchez y Rodrigo Arias Sánchez, que ha tenido por consecuencia sonados casos de corrupción asociados a concesiones de carreteras[4], proyectos turísticos con graves daños ambientales[5] y una minería a cielo abierto declarada de “interés nacional”[6], entre otros. Me preguntaba cómo, a pesar de lo anterior, un sector de la población otorgó un voto de confianza a este orden de las cosas en las elecciones de este año, donde Laura Chinchilla, protegida de los Arias, queda presidenta, ha asumido posiciones conservadoras anti – matrimonio homosexual y anti – aborto y envió al olvido un proyecto de ley que pretendía, en definitiva, establecer el Estado Laico. Finalmente, recordaba imágenes del permiso otorgado por la Asamblea Legislativa para la entrada de 13 000 militares estadounidenses al territorio nacional en 46 buques artillados, que estarían exentos de cualquier tipo de responsabilidad penal y civil por sus acciones[7].
Sin embargo, lo más grave que pensaba era que esta serie de recuerdos no se detenían con las acciones de las cúpulas políticas. Más preocupante inclusive, era pensar en la tendencia autoritaria inscrita en el interior de la sociedad costarricense, que se expresa en la intolerancia hacia cualquier pensamiento diferente o que critique este orden de las cosas, que inmediatamente se etiqueta a quienes lo ejercen como comunistas o “chancletudos”[8]; que juzga y condena cualquier tipo de sexualidad alternativa y que, finalmente, es profundamente xenofóbica.[9] Esto se expresa a partir de la emergencia de grupos que desaprueban públicamente cualquier acción de protesta por parte de sectores estudiantes o sindicales[10] y que aprueban la represión policial como parte de un ejercicio democrático[11], así como grupos que impulsan iniciativas como la consulta vía referéndum acerca de la unión civil entre personas homosexuales[12]. Estas tendencias inclusive aparecen de forma repetida en los informes del Latinobarómetro: en el informe del 2010 se muestra que el 47% de los costarricenses está a favor de pasar por encima de las leyes, el Congreso y las instituciones para resolver alguna situación difícil.[13]
¿Entonces qué es eso “feo” de lo que hablaban mis amigos? Si ya la mayoría de cosas que yo recordaba o que me había enterado me parecían suficientemente alarmantes, ¿que había o estaba sucediendo para instalar un clima de descontento entre algunas personas?
Dar cuenta de esto implica ir despacio y a la letra. Si bien, como mencioné al principio, el autoritarismo y la intolerancia no han sido rasgos ajenos a la construcción del costarricense, parece que en los últimos años, y de forma más agravada durante los últimos meses, estos rasgos han perdido su latencia. Es decir, lo que se observa en el país es el resultado de décadas de ataques del Gobierno en contra de cualquier cuestionamiento, en conjunción con una sociedad altamente conservadora que ahora encuentra “justificaciones y razones” válidas para ir captando cada vez más simpatizantes. De esta forma, cada vez más personas apoyan acciones autoritarias del Gobierno en contra de movimientos sociales, apoya el cierre de fronteras, y lo que es más preocupante, desea un gobierno de mano dura, entre otros. Pareciera que cada vez somos menos los que pensamos en una sociedad horizontal y con oportunidades amplias para todos, los que pensamos en una resolución pacífica de los conflictos.
Ahora, la pregunta obligada que deviene de ese supuesto “carácter” pacífico de los costarricenses, es: ¿como puede estar sucediendo esto? La respuesta devela qué querían decir mis amigos con esa sensación “fea” que sienten en el aire. Ahora es más evidente que nunca que el supuesto pacifismo tico era la cara de una moneda que del otro lado escondía altos niveles de intolerancia, desprecio, racismo, xenofobia y discriminación a lo diferente. Esto es lo que parece haber “explotado” en los últimos meses: se ha hecho evidente aquello que hasta unos años parecía estar latente en la sociedad costarricense.
Lo “feo” no sería nada más que la emergencia de lo siniestro en términos freudianos. Si recordamos ese pequeño artículo de Freud de 1919[14] lo siniestro no es aquello desconocido o ajeno al sujeto, sino aquello que es tan familiar que resulta terrorífico. Y eso es lo que está emergiendo en la sociedad costarricense. Pareciera que aquello que había permanecido tan escondido, tan respetuoso de lo políticamente correcto y de las buenas costumbres, se ha desplazado por un pacifismo que ahora, bajo el argumento de defender el orden de las cosas, acepta el uso de la violencia y de la represión como herramientas válidas.
En mi regreso a México, encuentro que esta situación se agrava todavía más, motivada por un seudoconflicto nacionalista provocado por las cúpulas políticas de Costa Rica y Nicaragua. Como reacción a esto, surgen sectores de la población que parecen sacados de las peores versiones del totalitarismo nacionalsocialista, del fascismo italiano o de las dictaduras latinoamericanas de la década de 1970, que incitan y llaman a las armas con la misma facilidad con la que habla de futbol. Se convoca a “limpiar” al país de migrantes “indeseables”, que solamente “manchan” la sangre pura española, de la cual se consideran herederos.[15] Pero ahí no termina. Esto desgraciadamente se pone peor, en tanto esta posición encuentra eco en los principales medios de comunicación, que ahora llaman a poner “la bandera en cada casa costarricense”, como una forma de demostrar nuestro orgullo nacional frente a las otras naciones.
Lo doloroso de escribir estas líneas es saber que esto puede ser la crónica de un autoritarismo anunciado. La semana pasada, ya se dio un paso más evidente hacia esta dirección: se lanzó una bomba molotov en contra de la embajada de Nicaragua.[16] Si ahora son los migrantes, que históricamente han sido objeto de repudio y discriminación en suelo tico, mañana se convocará a las armas y se lanzarán molotov para librarnos de “chancletudos”, comunistas transnochados, anarquistas, homosexuales, transexuales, o cualquier cosa que atente contra esta imagen idílica del país pacífico. Es decir, lo que hace unos años eran manifestaciones de algunos grupos radicales de extrema derecha, ahora parecen ser parte de un amplio porcentaje de la población. Se están creando las precondiciones para una sociedad que mire con benevolencia y apoye propuestas de corte más autoritarias.
Así es como se puede definir la advertencia de mis amigos. Lo “feo” en esta situación, es observar como nunca fuimos esa nación idílica que los libros de texto y los medios de comunicación nacionales e internacionales quisieron vender, nunca fuimos un país tolerante y amistoso hacia el extranjero (claro está, si son estadounidenses o europeos ahí nadie habla de “defender” la soberanía), no protegemos al ambiente, simplemente lucramos con él.
Esto es lo “feo”: la “Suiza Centroamericana” finalmente se sacó la careta y está mostrando su verdadero rostro.
Referencias bibliográficas
Freud, S. (1919). Lo ominoso. Standard Edition. Versión digital.
Sandoval García, C. (2002/2008). Otros amenazantes. Los nicaragüenses y la formación de identidades nacionales en Costa Rica. Costa Rica: Editorial UCR.
Solís Avendaño, M. (2006). La institucionalidad ajena. Los años cuarenta y el fin de siglo. Costa Rica: Editorial UCR.
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[1] Felipe Molina en su libro Bosquejo de la República de Costa Rica, escrito en 1851 afirma: “Costa Rica – argumentó Molina – tenía una población “blanca” y trabajadora, la cual vivía aislada como resultado de las características geográficas del país.” (Sandoval García, 2002: 115).
[2] Esta percepción de ser la nación más blanca de Centroamérica, impulsó inclusive proyectos “higiénicos” estatales. Por ejemplo, en 1916 se publica el Libro Azul, producción destinada a atraer inmigrantes europeos (migración deseada), en la cual se define al costarricense de esta forma: “En todas partes se verá el tipo puro de la raza céltica – ibero, raza pensadora y fuerte, que ha sido la principal creadora de la actual civilización en el mundo.” (Sandoval García, 2002: 149). Por otro lado, la migración indeseada estaba asociada con la población china, árabe, turca, siria, armenia y gitana, cuya entrada a Costa Rica fue prohibida en 1897. A nivel interno también existía una discriminación por el color de la piel, ejemplo de lo anterior es la prohibición que hizo el Congreso en 1934 de que los afrocaribeñas fueran contratados en el pacifico (Sandoval García, 2002: 150).
[3] http://www.semanario.ucr.ac.cr/index.php/mainmenu-suplementos/mainmenu-malacrianza/705-indignacion.html
[4] http://www.larepublica.net/app/cms/www/index.php?pk_articulo=40705
[5] http://www.elpais.cr/articulos.php?id=36289
[6] http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=96895
[7] http://www.elpais.cr/articulos.php?id=27925
[8] http://reydelpokercr.blogspot.com/2010/04/que-es-un-chancletudo.html
[9] http://alainet.org/active/42286
[10] http://www.facebook.com/nomaschancletudos?v=wall
[11] http://www.facebook.com/yoquieroretenes?ref=mf
[12]http://es.wikipedia.org/wiki/Refer%C3%A9ndum_sobre_la_Ley_de_Uniones_Civiles_en_Costa_Rica_de_2010
[13] http://www.nacion.com/2010-12-04/ElPais/NotasSecundarias/ElPais2611398.aspx
[14] Freud, S. (1919). Lo ominoso. Standard Edition. Versión digital.
[15] http://www.facebook.com/pages/Movimiento-Costa-Rica-Libre/109570435728694. Este movimiento se desarrolló durante la década de 1960 y adquirió mayor preponderancia en la escena política nacional en la década de 1980. Mayor información en http://es.wikipedia.org/wiki/Movimiento_Costa_Rica_Libre
[16] http://mexico.cnn.com/mundo/2010/11/13/lanzan-un-explosivo-a-la-embajada-de-nicaragua-en-costa-rica
Fuente: Distintas Latitudes
jueves, 20 de enero de 2011
Impacto en la Agenda de Inversión Social de América Latina
Monitoreo, Evaluación y Medición de Impacto en la Agenda de Inversión Social de América Latina
Finalmente procesamos los datos del “Observatorio Latinoamericano de Impacto Social” acerca del Monitoreo, Evaluación & Medición de Impacto en Programas Sociales en América Latina, en su versión 2010 (al que hicimos referencia aquí) y hemos desarrollado el artículo: “Monitoreo, Evaluación y Medición de Impacto en la Agenda de Inversión Social”.
El objetivo del artículo es analizar el lugar que ocupa el M&E en la agenda de inversión social. En un contexto donde todos coinciden en que ya no alcanza con tener buenas intenciones, es necesario desarrollar proyectos capaces de generar cambios sociales significativos, medibles y replicables. Es a partir de ese consenso que se instala definitivamente en la agenda de inversión social la necesidad de incorporar estrategias de monitoreo, evaluación y medición de impacto.
Sin embargo, en la práctica, esto muchas veces no se logra implementar. A partir de los resultados y tendencias identificadas en el estudio se examinan los principales argumentos que dan cuenta de ellos y las razones con las que se justifican las decisiones que guían a los líderes del sector a optar por desarrollar o no desarrollar estrategias de M&E y Medición de Impacto.
A su vez, en el artículo se exponen una serie de recomendaciones y referencias para lograr una estrategia de M&E. ¿Por qué medir el impacto? ¿Cuándo medir el impacto? ¿Qué organizaciones o programas deben medir el impacto? Son las principales preguntas que se responden, a la vez que se detallan iniciativas interesantes para la estandarización de la medición del impacto social.
A continuación el artículo completo.
Fuente: ZIGLA Consultores
Monitoreo, evaluación y medición de impacto en la agenda de inversión social ZIGLA 2011
Finalmente procesamos los datos del “Observatorio Latinoamericano de Impacto Social” acerca del Monitoreo, Evaluación & Medición de Impacto en Programas Sociales en América Latina, en su versión 2010 (al que hicimos referencia aquí) y hemos desarrollado el artículo: “Monitoreo, Evaluación y Medición de Impacto en la Agenda de Inversión Social”.
El objetivo del artículo es analizar el lugar que ocupa el M&E en la agenda de inversión social. En un contexto donde todos coinciden en que ya no alcanza con tener buenas intenciones, es necesario desarrollar proyectos capaces de generar cambios sociales significativos, medibles y replicables. Es a partir de ese consenso que se instala definitivamente en la agenda de inversión social la necesidad de incorporar estrategias de monitoreo, evaluación y medición de impacto.
Sin embargo, en la práctica, esto muchas veces no se logra implementar. A partir de los resultados y tendencias identificadas en el estudio se examinan los principales argumentos que dan cuenta de ellos y las razones con las que se justifican las decisiones que guían a los líderes del sector a optar por desarrollar o no desarrollar estrategias de M&E y Medición de Impacto.
A su vez, en el artículo se exponen una serie de recomendaciones y referencias para lograr una estrategia de M&E. ¿Por qué medir el impacto? ¿Cuándo medir el impacto? ¿Qué organizaciones o programas deben medir el impacto? Son las principales preguntas que se responden, a la vez que se detallan iniciativas interesantes para la estandarización de la medición del impacto social.
A continuación el artículo completo.
Fuente: ZIGLA Consultores
Monitoreo, evaluación y medición de impacto en la agenda de inversión social ZIGLA 2011
jueves, 13 de enero de 2011
Los ciudadanos son los que importan: Democracia Republicana como proyecto político
Comentarios al libro Democracia Representativa. Ni Estado ni mercado: una alternativa ciudadana, de Carlos Salinas de Gortari [editorial Debate, México, 2010]. Museo José Guadalupe Posada, Aguascalientes, Ags., 12 de enero de 2011.
Los ciudadanos son los que importan: Democracia Republicana como proyecto político
Escribe: Alex Ricardo Caldera Ortega
Dese hace tiempo, a partir de mi trayectoria y labor académica, me he dedicado a promover la sentencia que dice “la política importa”. He insistido en alumnos, políticos y público al que me dirijo en ocasiones, en la idea de que el fortalecimiento de la democracia de nuestro país empieza por un lado en la participación ciudadana con efectiva capacidad de influir en las decisiones públicas, y en el diseño institucional de un andamiaje republicano fincado en la búsqueda de la equidad, la justicia, la libertad y la soberanía. La obra del doctor Carlos Salinas de Gortari, Democracia Republicana, es un aporte lúcido en este sentido y es una reivindicación clara de la política como medio para conseguir fines trascendentes en beneficio de los ciudadanos y del país. De ahí es que pueda transformar el día de hoy la sentencia que siempre he apoyado académica y políticamente en aquella que dice: “Los ciudadanos son los que importan”.
La democracia no se consolidará en México apostando a la buena voluntad, sino institucionalizándola en una República que ponga en el centro del espacio público a la sociedad, y donde el Estado y el mercado son sólo instrumentos para la consecución de la felicidad y la vida buena del pueblo.
Salinas de Gortari en este texto no sólo nos confirma su adhesión al proyecto llamado Liberalismo Social con clara tradición en la historia del país —y a través del cual él edificó su acción de gobierno como presidente de México—, sino que además lo auto reafirma como proyecto alternativo al neoliberalismo y al neopopulismo, proyectos en los cuales identifica el autor los principales errores del pasado (y el presente), así como los peligros del futuro.
El libro recorre el ¿a dónde ir?, el ¿dónde estamos?, y el ¿qué hacer? Como ciudadano reconozco en Carlos Salinas de Gortari la acción de rendición de cuentas que intenta al detallar su versión sobre el actuar de su gobierno y enmarcar dicha acción en el proyecto político mencionado. Como analista político comparto buena parte de las explicaciones acerca de la situación actual del país (no comparto otras pero este no es momento para ahondar en ello), y como analista de políticas públicas coincido en la estructuración de los principales problemas que vivimos los mexicanos, lo mismo que considero que las estrategias propuestas son coherentes, factibles y fundamentales para que México salga del impasse que actualmente sufre y se proyecte con el liderazgo el cual ya ha demostrado a lo largo de su historia.
No obstante en esta ocasión, y en mi calidad de académico en el campo de la ciencia política, quisiera detenerme en lo que considero es un importante esfuerzo por sustentar intelectualmente su propuesta y proyecto político. A partir de un acucioso repaso por la tradición del pensamiento político republicano, Salinas de Gortari justifica los fundamentos del Liberalismo Social insistiendo en resaltar los valores y principios de la libertad, la justicia y la soberanía.
La disertación es un repaso amplio de la teoría política clásica y contemporánea que estructura normativamente la idea de la democracia profunda (Deep Democracy), y la cual plantea que sólo los ciudadanos de manera autónoma frente al Estado y el mercado, con su participación constante y activa en todos y cada uno de los asuntos públicos, podrán encontrar los más adecuados caminos para lograr el desarrollo.
La misma crisis económica mundial de 2008 ha hecho que el péndulo que se mueve entre las respuestas del Estado y el mercado se posicione a favor del primero, pero dada la experiencia del fracaso total de las dos opciones en el pasado reciente, la alternativa ciudadana, dentro de un marco precisamente de la Democracia Republicana, se afirma como el sendero más efectivo en la que se logre precisamente soberanía popular, justicia social y libertad.
Mi postura académica se ha mostrado abiertamente apegada a la tradición de la teoría crítica de la democracia. Ante esta perspectiva leí con interés el texto del doctor Carlos Salinas.
A partir de lo que podríamos llamar un “descentramiento real del Estado de la esfera pública” durante las últimas tres décadas en el mundo —a partir de los procesos de democratización en Europa del Este y América Latina (incluido México), la crisis fiscal del Estado que derivó en el Consenso de Washington, y otros fenómenos como la propia globalización— hay una revaloración positiva de formas alternativas para la dirección de la sociedad.
El término gobernanza (governance) regularmente ha adquirido relevancia en ciencia política tratando de indicar un nuevo “estilo” de gobierno emergente en este proceso de desplazamiento de la esfera pública, donde el control jerárquico del Gobierno, ha dado paso a esquemas de mayor cooperación entre el propio Estado y los actores no estatales al interior de redes decisionales mixtas entre lo público y lo privado.
Se habla de “nueva gobernanza” cuando el patrón de gobierno adquiere formas eslabonadas más horizontales, interactivas y asociativas. El enfoque de la Gobernanza se presenta como una nueva semántica que trata de incluir la idea de que lo político (la coordinación y cooperación entre actores con capacidades e intereses diversos) y lo institucional (el régimen político) son básicos para estructurar lo público y lograr objetivos sociales.
La crisis económica mundial y los problemas fundamentales de nuestros países exigen nuevas formas de estructurar las decisiones gubernamentales, operar las políticas y evaluar los resultados, así como reconoce que la legitimidad de la acción pública parte del involucramiento más activo de todos los interesados, asignándole un nuevo rol al Gobierno como facilitador de estas relaciones.
El principal error del proyecto neoliberal es pensar que la única restricción que tiene el Estado es de eficiencia (económica), y quedar ciegos ante otro tipo de restricción propiamente política que hace referencia a la crisis de legitimidad democrática en el proceso de gobierno. Lo falso del neopopulsimo por su parte es la identificación de la masa con un líder que dice encarnar todos sus intereses, valores y aspiraciones como pueblo.
La democracia no sólo son procedimientos e instituciones para elegir libremente a los gobernantes y representantes, esta visión mínima es la que se ha arraigado en el discurso de los actores políticos, e incluso de algunos intelectuales, y es lo que posiblemente esté estancando la propia democratización del país. La discusión en torno a los procedimientos y las instituciones debe ser complementada con el de los resultados. La construcción de la efectiva institucionalidad democrática, y en particular de Democracia Republicana, requiere un núcleo básico de rutinas, valores y comportamientos acorde a tal ordenamiento.
La discusión se ha concentrado en el proceso electoral y las instituciones políticas de representación, pero poco se ha dicho acerca del proceso participativo de la sociedad en el proceso general de toma de decisiones ante las instancias de gobierno de todos los órdenes, del fortalecimiento de la propia sociedad civil, de los instrumentos efectivos para la deliberación pública y la representación de interesas públicos más allá de lo articulado coyunturalmente o lo institucionalizado de forma tradicional (es decir en partidos políticos, sindicatos u organizaciones civiles).
Particularmente yo me adhiero a una posición que reivindica una articulación positiva entre Estado y la sociedad civil. Creo que hay posibilidades de una reforma del Estado, iniciada y exigida permanentemente por la sociedad, que exalte los valores democráticos en una lógica que se reconozca primeramente la heterogeneidad de los dos y que ayude a replantear una nueva relación con el mercado. Pasar de la condición estadocéntrica a la sociocéntrica requiere una reforma del Estado que combata: a) la apropiación privada del Estado no sólo por la burocracia, sino por los privados mercantiles que emergentemente se han hecho cargo de servicios públicos; b) la actuación autorreferida de la burocracia o las privados mercantiles participantes en lo público; y c) la falta de rendición de cuentas por parte de quienes se hacen cargo y participan en estos asuntos públicos.
Con Boaventura de Sousa Santos creo que es posible el “Estado como novísimo movimiento social”, es decir, una nueva y privilegiada articulación entre los principios del Estado y de la comunidad, bajo la primacía de ésta última.
Sólo reformando simultáneamente al Estado y la sociedad civil mediante la articulación tanto de la democracia representativa, como de la participativa, se puede dar efectividad al potencial de la democratización que haga frente a los intentos de privatización de lo público. Sólo así los valores de cooperación, solidaridad, la democracia y la prioridad de la persona sobre el capital podrán alcanzarse.
Una Democracia Republicana para México deberá ser pensada y construida como un régimen político en el que se articula el proceso de dirección de la sociedad donde esta siempre tiene la primacía frente al Estado y al mercado. Esta postura de profundizar la democracia está basada en la idea de que en la confluencia entre el Estado y la sociedad, ésta última tenga la posibilidad real no sólo de argumentar y criticar frente a la acción del primero, sino de participar en un proceso amplio de deliberación pública ligado a un marco político “institucionalizado” (léase Republicano), que vincule efectivamente la posibilidad de ejercicio del poder por parte de los sujetos de la sociedad civil.
Fuente: Blog La Política Importa
Los ciudadanos son los que importan: Democracia Republicana como proyecto político
Escribe: Alex Ricardo Caldera Ortega
Dese hace tiempo, a partir de mi trayectoria y labor académica, me he dedicado a promover la sentencia que dice “la política importa”. He insistido en alumnos, políticos y público al que me dirijo en ocasiones, en la idea de que el fortalecimiento de la democracia de nuestro país empieza por un lado en la participación ciudadana con efectiva capacidad de influir en las decisiones públicas, y en el diseño institucional de un andamiaje republicano fincado en la búsqueda de la equidad, la justicia, la libertad y la soberanía. La obra del doctor Carlos Salinas de Gortari, Democracia Republicana, es un aporte lúcido en este sentido y es una reivindicación clara de la política como medio para conseguir fines trascendentes en beneficio de los ciudadanos y del país. De ahí es que pueda transformar el día de hoy la sentencia que siempre he apoyado académica y políticamente en aquella que dice: “Los ciudadanos son los que importan”.
La democracia no se consolidará en México apostando a la buena voluntad, sino institucionalizándola en una República que ponga en el centro del espacio público a la sociedad, y donde el Estado y el mercado son sólo instrumentos para la consecución de la felicidad y la vida buena del pueblo.
Salinas de Gortari en este texto no sólo nos confirma su adhesión al proyecto llamado Liberalismo Social con clara tradición en la historia del país —y a través del cual él edificó su acción de gobierno como presidente de México—, sino que además lo auto reafirma como proyecto alternativo al neoliberalismo y al neopopulismo, proyectos en los cuales identifica el autor los principales errores del pasado (y el presente), así como los peligros del futuro.
El libro recorre el ¿a dónde ir?, el ¿dónde estamos?, y el ¿qué hacer? Como ciudadano reconozco en Carlos Salinas de Gortari la acción de rendición de cuentas que intenta al detallar su versión sobre el actuar de su gobierno y enmarcar dicha acción en el proyecto político mencionado. Como analista político comparto buena parte de las explicaciones acerca de la situación actual del país (no comparto otras pero este no es momento para ahondar en ello), y como analista de políticas públicas coincido en la estructuración de los principales problemas que vivimos los mexicanos, lo mismo que considero que las estrategias propuestas son coherentes, factibles y fundamentales para que México salga del impasse que actualmente sufre y se proyecte con el liderazgo el cual ya ha demostrado a lo largo de su historia.
No obstante en esta ocasión, y en mi calidad de académico en el campo de la ciencia política, quisiera detenerme en lo que considero es un importante esfuerzo por sustentar intelectualmente su propuesta y proyecto político. A partir de un acucioso repaso por la tradición del pensamiento político republicano, Salinas de Gortari justifica los fundamentos del Liberalismo Social insistiendo en resaltar los valores y principios de la libertad, la justicia y la soberanía.
La disertación es un repaso amplio de la teoría política clásica y contemporánea que estructura normativamente la idea de la democracia profunda (Deep Democracy), y la cual plantea que sólo los ciudadanos de manera autónoma frente al Estado y el mercado, con su participación constante y activa en todos y cada uno de los asuntos públicos, podrán encontrar los más adecuados caminos para lograr el desarrollo.
La misma crisis económica mundial de 2008 ha hecho que el péndulo que se mueve entre las respuestas del Estado y el mercado se posicione a favor del primero, pero dada la experiencia del fracaso total de las dos opciones en el pasado reciente, la alternativa ciudadana, dentro de un marco precisamente de la Democracia Republicana, se afirma como el sendero más efectivo en la que se logre precisamente soberanía popular, justicia social y libertad.
Mi postura académica se ha mostrado abiertamente apegada a la tradición de la teoría crítica de la democracia. Ante esta perspectiva leí con interés el texto del doctor Carlos Salinas.
A partir de lo que podríamos llamar un “descentramiento real del Estado de la esfera pública” durante las últimas tres décadas en el mundo —a partir de los procesos de democratización en Europa del Este y América Latina (incluido México), la crisis fiscal del Estado que derivó en el Consenso de Washington, y otros fenómenos como la propia globalización— hay una revaloración positiva de formas alternativas para la dirección de la sociedad.
El término gobernanza (governance) regularmente ha adquirido relevancia en ciencia política tratando de indicar un nuevo “estilo” de gobierno emergente en este proceso de desplazamiento de la esfera pública, donde el control jerárquico del Gobierno, ha dado paso a esquemas de mayor cooperación entre el propio Estado y los actores no estatales al interior de redes decisionales mixtas entre lo público y lo privado.
Se habla de “nueva gobernanza” cuando el patrón de gobierno adquiere formas eslabonadas más horizontales, interactivas y asociativas. El enfoque de la Gobernanza se presenta como una nueva semántica que trata de incluir la idea de que lo político (la coordinación y cooperación entre actores con capacidades e intereses diversos) y lo institucional (el régimen político) son básicos para estructurar lo público y lograr objetivos sociales.
La crisis económica mundial y los problemas fundamentales de nuestros países exigen nuevas formas de estructurar las decisiones gubernamentales, operar las políticas y evaluar los resultados, así como reconoce que la legitimidad de la acción pública parte del involucramiento más activo de todos los interesados, asignándole un nuevo rol al Gobierno como facilitador de estas relaciones.
El principal error del proyecto neoliberal es pensar que la única restricción que tiene el Estado es de eficiencia (económica), y quedar ciegos ante otro tipo de restricción propiamente política que hace referencia a la crisis de legitimidad democrática en el proceso de gobierno. Lo falso del neopopulsimo por su parte es la identificación de la masa con un líder que dice encarnar todos sus intereses, valores y aspiraciones como pueblo.
La democracia no sólo son procedimientos e instituciones para elegir libremente a los gobernantes y representantes, esta visión mínima es la que se ha arraigado en el discurso de los actores políticos, e incluso de algunos intelectuales, y es lo que posiblemente esté estancando la propia democratización del país. La discusión en torno a los procedimientos y las instituciones debe ser complementada con el de los resultados. La construcción de la efectiva institucionalidad democrática, y en particular de Democracia Republicana, requiere un núcleo básico de rutinas, valores y comportamientos acorde a tal ordenamiento.
La discusión se ha concentrado en el proceso electoral y las instituciones políticas de representación, pero poco se ha dicho acerca del proceso participativo de la sociedad en el proceso general de toma de decisiones ante las instancias de gobierno de todos los órdenes, del fortalecimiento de la propia sociedad civil, de los instrumentos efectivos para la deliberación pública y la representación de interesas públicos más allá de lo articulado coyunturalmente o lo institucionalizado de forma tradicional (es decir en partidos políticos, sindicatos u organizaciones civiles).
Particularmente yo me adhiero a una posición que reivindica una articulación positiva entre Estado y la sociedad civil. Creo que hay posibilidades de una reforma del Estado, iniciada y exigida permanentemente por la sociedad, que exalte los valores democráticos en una lógica que se reconozca primeramente la heterogeneidad de los dos y que ayude a replantear una nueva relación con el mercado. Pasar de la condición estadocéntrica a la sociocéntrica requiere una reforma del Estado que combata: a) la apropiación privada del Estado no sólo por la burocracia, sino por los privados mercantiles que emergentemente se han hecho cargo de servicios públicos; b) la actuación autorreferida de la burocracia o las privados mercantiles participantes en lo público; y c) la falta de rendición de cuentas por parte de quienes se hacen cargo y participan en estos asuntos públicos.
Con Boaventura de Sousa Santos creo que es posible el “Estado como novísimo movimiento social”, es decir, una nueva y privilegiada articulación entre los principios del Estado y de la comunidad, bajo la primacía de ésta última.
Sólo reformando simultáneamente al Estado y la sociedad civil mediante la articulación tanto de la democracia representativa, como de la participativa, se puede dar efectividad al potencial de la democratización que haga frente a los intentos de privatización de lo público. Sólo así los valores de cooperación, solidaridad, la democracia y la prioridad de la persona sobre el capital podrán alcanzarse.
Una Democracia Republicana para México deberá ser pensada y construida como un régimen político en el que se articula el proceso de dirección de la sociedad donde esta siempre tiene la primacía frente al Estado y al mercado. Esta postura de profundizar la democracia está basada en la idea de que en la confluencia entre el Estado y la sociedad, ésta última tenga la posibilidad real no sólo de argumentar y criticar frente a la acción del primero, sino de participar en un proceso amplio de deliberación pública ligado a un marco político “institucionalizado” (léase Republicano), que vincule efectivamente la posibilidad de ejercicio del poder por parte de los sujetos de la sociedad civil.
Fuente: Blog La Política Importa
martes, 11 de enero de 2011
Las ciencias sociales deben atender los problemas de la convivencia humana: FLACSO
Las ciencias sociales deben atender los problemas de la convivencia humana: Flacso
Francisco Valdez Ugalde, director general de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, asegura que la institución está enfocada en la investigación de alto rendimiento, que puede impactar en los problemas más apremiantes de la sociedad.
Carlos Reyes
cra19762003@yahoo.com.mx
Entrevistas
ENFRENTAR el espacio que ocupa, como una institución preponderante y de alto rendimiento, en el entorno académico nacional es un objetivo que la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) tiene muy claro.
Una plantilla docente del más alto nivel y una comunidad estudiantil de posgrado, que ha sido sujeta a los estándares y exigencias de calidad más elevados, son sólo parte de ese respaldo que la Facultad tiene para hacer frente al quehacer social.
Se trata de una institución que impulsa la diversidad entre sus estudiantes y sus investigadores, que ha madurado sobremanera en los últimos años y ha logrado un crecimiento gracias al esfuerzo continuo de todos los elementos que la conforman.
Para su director general, Francisco Valdez Ugalde, Flacso es un centro cuya labor se enfoca en la investigación de frontera y en aquellos ámbitos en los cuales las ciencias sociales puedan ser de utilidad a una sociedad que se debe acercar cada vez más a este sector.
Es aquí donde ubica uno de los aspectos a cuidar en los años por venir: contar con una proyección más sólida hacia la opinión pública, contribuir a romper ese sesgo que no concibe a las ciencias sociales como parte del acontecer científico y se les ubica por debajo de las ciencias exactas.
En entrevista con Campus, Valdez Ugalde también habla de sus planes y proyectos como encargado de la Flacso. Tiene el firme convencimiento de trabajar para que la Facultad extienda su oferta educativa y suba a lo que el llama “la nube cibernética” para que esté interconectada con las nuevas tecnologías y ofrezca servicios mucho más modernos, acorde con los nuevos instrumentos cibernéticos que se han insertado en la enseñanza y en el conocimiento.
Incluso, en sus oficinas de la Flacso, se da tiempo para aspirar a lo que sería una visión idónea: que la Facultad tuviera instalaciones en otras ciudades del país y con ello se pudiera expandir la investigación que ahí se desarrolla y que hoy da pie a la publicación de decenas de materiales muy útiles en el campo de las ciencias sociales.
Sabe que su periodo al frente de la Facultad es corto para ver cumplidas estas metas a largo plazo, sobre todo porque requieren de una inyección considerable de recursos, los cuales no han estado acordes con las implicaciones y la importancia que debiera tener esta rama del conocimiento.
Las ciencias sociales han restringido su actividad en los últimos años y en ese escenario Flacso tiene que mantenerse como un referente. Su director general lo asume así y afirma que la Facultad trabajará en ese camino.
El entorno de la facultad
A decir de Francisco Valdez Ugalde, Director general de la Flacso, se trata de una institución con un prestigio consolidado a nivel internacional, cuyo principal objetivo es formar científicos del más alto nivel y generar investigación en ciencias sociales de trascendencia e impacto.
Explica que Flacso México es parte de un proyecto continental, el cual arrancó cuando se fundó la primer sede académica en 1957, en Santiago de Chile, y posteriormente, en los años 70 se fundaron tres sedes más: Argentina, Ecuador y México. Actualmente Flacso cuenta con 12 unidades académicas en igual número de países. En todas ellas se oferta formación de posgrado, tal y como lo establecen los estatutos que le dieron vida a la facultad.
En el caso de Flacso México, su planta docente está conformada por 38 investigadores, quienes son los encargados de impartir los distintos programas que se ofrecen en la sede, organizados en 12 líneas de investigación. Actualmente se imparten tres maestrías: una en Población, otra en Ciencias Sociales, y una más en Gobierno y Asuntos Públicos, así como un doctorado en Ciencias Sociales.
Además hay otros programas semi presenciales como la maestría en Derechos Humanos y otra en Políticas Públicas Comparadas, así como otras actividades de menor alcance como los diplomados en Gestión del Medio Ambiente y varias especialidades en materia educativa.
Con esas cartas, la Flacso asume que el papel de las ciencias sociales se ha mantenido a lo largo de muchos años, desde el momento en que se desprenden de la filosofía y van siendo cada vez más específicas en su objeto de estudio.
Sin embargo, comenta el director general, quien es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), que “han cambiado los paradigmas con los que estudian las distintas disciplinas, así como el talante de los investigadores en torno a lo que debe ser el quehacer social, en este momento estamos en una época en la que este quehacer de las ciencias sociales busca explicar fenómenos complejos y concretos de la sociedad”.
En ese contexto, en el cual es necesario que el conocimiento generado por las ciencias sociales contribuya a la solución de esas inquietudes sociales, Flacso es una institución donde se enseña y se trabaja en una investigación que se aboque a ello.
“La institución es muy exigente y por esa razón pedimos que los estudiantes se dediquen completamente a sus estudios, a sus investigaciones, por eso el ingreso también es muy riguroso, se pone énfasis en la diversidad de los estudiantes, tenemos un porcentaje de alumnos no mexicanos cercano a 40 por ciento; lo mismo ocurre con la planta de profesores, cerca de 50 por ciento se trata de científicos sociales de América Latina”, comenta.
Por eso Valdez Ugalde habla de mantener la excelencia a través del esfuerzo constante, que tiene que ver, en primera instancia, con el rigor con el cual los investigadores plantean sus trabajos, con el hecho de que éstos tienen un elevado contacto con la comunidad científica internacional, y que publican en revistas y libros de la más alta calidad.
“Todas las materias que se imparten en Flacso, todos los programas que se imparten en la institución pasan por comités, son revisados y aprobados por éstos antes de ser impartidas; la exigencia es muy fuerte, en el caso de los alumnos también, cada trimestre tienen que demostrar un alto rendimiento”, puntualiza.
En la actualidad, añade el director general de la Facultad, la institución ha consolidado su planta académica, ha fortalecido sus actividades centrales cualitativa y cuantitativamente, lo cual es atribuido a cada uno de los que integran la Flacso, pero también a quienes han dirigido con anterioridad la institución.
Pero sobre todo, considera el también investigador, por el esfuerzo continuo y permanente de llevar a la institución al mejor nivel posible. Y hacia allá apunta su plan de trabajo al frente de la facultad.
Las líneas de trabajo
Al hablar de su plan de trabajo como director general de la Facultad, Valdez Ugalde comenta que se enfoca en varias áreas en las cuales considera que la Flacso debe redoblar los esfuerzos realizados hasta ahora, como es el caso de la formación docente, donde el énfasis estará en que los programas de formación obtengan los reconocimientos nacionales e internacionales más destacados.
“Desde el punto de vista de la evaluación de sus contenidos, de sus resultados y de su dinámica, hay que llevar todos los programas a nivel internacional, ubicarlos en el Padrón de Excelencia del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, es una de nuestras prioridades”, explica.
En el caso de la formación de los estudiantes, el director general de la Facultad señala que se busca trabajar en un reclutamiento de primer nivel con la idea de que surjan, tanto en maestría como en doctorado, trabajos de tesis de nivel internacional, que impacten en el conocimiento, en concursos y premios.
“En el plano de la investigación, mi énfasis está puesto en que las líneas de investigación sean de frontera, creo que todos están trabajando en proyectos de investigación de relevancia, generando resultados relevantes y el resultado evaluativo sigue siendo un indicador de que la institución tiene un buen nivel académico.
“Me interesa mucho la proyección de lo que se hace en Flacso hacia el público en general, hacia las instituciones, tenemos muchas cosas qué decir, hay mucha materia para hablar y aunque somos conocidos en la comunidad científica nacional e internacional, no siempre nos permite distinguirnos entre otras instituciones de mayor peso o tradición en México”, comenta.
Por ello, Valdez Ugalde, quien es maestro en Ciencias Sociales por la propia Flacso, adelanta que la Flacso buscará una inmersión más decidida en las nuevas tecnologías de la información, tales como al acceso a libros y artículos electrónicos, la proyección de la docencia y la oferta educativa a través de las nuevas herramientas del conocimiento.
“Estamos promoviendo una modernización de los recursos bibliográficos, aquí todavía podemos hacer esfuerzos adicionales para mejorar nuestro stock bibliográfico, incrementar nuestra capacidad de publicación no sólo a partir de los métodos tradicionales, sino por medios electrónicos, ya estamos explorando este camino de manera muy concreta”, considera.
En ese orden, señala que la Flacso tendrá que avanzar en su consolidación y subirse “en la nube cibernética”, que pueda estar inserta en el conocimiento abierto, en la enseñanza con nuevas tecnologías, en métodos nuevos de investigación.
Hay que continuar, dice, en la inserción de estas tecnologías para que el conocimiento generado por la planta docente y los egresados de la Facultad se pueda intercambiar de manera más eficaz con otras instituciones de educación superior y posgrado del país y de la región, e incluso llegar hacia la sociedad en general que desee tener acceso a estas investigaciones.
“Me gustaría avanzar en una interconexión también con el resto de las Flacso, en materia de intercambio académico, estudiantil, somos diez unidades académicas y tenemos programas doctorales y de maestría, que los estudiantes vayan y vengan a tomar cursos, esto se puede dar a través de la educación a distancia, no es necesario estar en el lugar en el que se enseña, en eso queremos avanzar, en un esquema más flexible de generación y difusión del conocimiento”, enfatiza Valdez Ugalde, quien llegó al cargo en mayo de este año, luego de que la Asamblea de la institución así lo dictaminara.
Al mismo tiempo, apunta, uno de los objetivos es que la producción editorial de la Facultad, en las principales líneas de investigación, como sociología y ciencia política, sea un referente para otros investigadores e instituciones en el país y en Latinoamérica.
Actualmente, las líneas de investigación que cubre Flacso son Decisiones y evaluación de programas de gobierno; Discurso e identidades en América Latina y el Caribe; Educación, políticas públicas y mundo del trabajo; Estado de derecho, derechos humanos y democracia; Familia, género, grupos de edad, salud; Instituciones, políticas públicas y acción colectiva; Integración y dinámica socio-económica latinoamericana; Población, medio ambiente, migración; Procesos políticos, representación y democracia; Reformas institucionales, políticas públicas de trabajo y bienestar; Sociedad civil, diversidad y multiculturalismo en América Latina y el Caribe; y Sociedad del conocimiento, innovación, redes.
En todas ellas, dice el director general de la Flacso, la Facultad debe incidir en la vida académica, educativa y social del país.
La labor de las ciencias sociales
Para el doctor en Ciencia Política por la UNAM, las ciencias sociales en el país se enfrentan a un sesgo que viene de la opinión más extendida y menos conocedora de la realidad de la ciencia, el cual relaciona y limita el quehacer científico a las ciencias duras y se olvida de que las ciencias sociales también forman parte de ese entorno.
“Incluso algunos científicos suelen caer en esa falsa concepción, de que la ciencia de la sociedad no es tal, cuando en realidad hablamos del conocimiento científico; es una visión limitada de la ciencia, es una idea de historieta, pensar en el científico sólo porque está en un laboratorio, es una visión generalizada en el mundo, donde las ciencias sociales son inferiores porque se cree que tienen un rigor metodológico menos exigente que el de las ciencias de la naturaleza”, explica.
Una visión que va acompañada de un enfoque que ha centrado buena parte del desarrollo científico en las ciencias de la naturaleza, lo cual impacta en la asignación de presupuestos y en las inversiones que se hacen para fomentar la investigación en el país y a nivel mundial.
“Y la razón es muy simple: vivimos en una sociedad que todavía está más preocupada en resolver sus problemas materiales que en entenderse a sí misma, una sociedad en la que la técnica es mas importante para producir, para generar riqueza, que para la solución y entendimiento de los problemas que afectan a la convivencia humana y a eso se dedican las ciencias sociales, a un aspecto que históricamente ha sido menos favorecido”, sostiene el investigador.
Por ello la labor de Flacso cobra mayor relevancia porque se trata de una institución con 35 años de trayectoria en la generación del conocimiento, con un impacto en universidades de América Latina y del país, en la enseñanza, lo cual le ha dado un sello que ya es muy característico.
Ahora, dice Valdez Ugalde, quien es miembro de la Academia Mexicana de Ciencias y de la Organización Americana de Historiadores, es momento de pensar en expandir la oferta de posgrados a través de otras unidades en otras ciudades del país.
“Es otra aspiración que está pendiente, pero está más allá de un plan de trabajo porque es a largo plazo y se requiere de recursos y decisiones que no dependen de la sede académica; por eso uno de los pendientes de la Flacso buscar mayores recursos para el desarrollo de investigaciones de alto impacto.
“No es lo mismo un estudio de gabinete sobre política pública, sistemas políticos o movimientos sociales, que se haga con fuentes secundarias, que un estudio comparado sobre derechos humanos con datos primarios, donde se requiere viajar, conseguir información, hacer encuestas, entrevistas, son actividades que requieren de recursos”, explica.
De ahí que un incremento en los ingresos puede ayudar a que la contribución de la Flacso, en la generación del conocimiento y el entendimiento de la realidad, pueda ser mucho mayor al que actualmente tiene.
“En las últimas décadas, las ciencias sociales han visto restringido su crecimiento de manera importante por las reducciones presupuestales, por las crisis económicas y porque, obviamente, entre más fuerte es la necesidad las prioridades cambian, y hay actividades que a veces se consideran erróneamente accesorias porque no van directamente al bolsillo o al estómago.
“El beneficio de las ciencias sociales en la sociedad será mucho más elevado en la medida en que se asignen recursos mayores; no existe la suficiente masa crítica de investigadores dedicados a las ciencias sociales que pueden anticiparse a problemas como la migración, la violencia, la trata de personas, la delincuencia, en fin, eso tiene que ver en cómo una sociedad invierte o no sus recursos”, finaliza.
Fuente: Campus Milenio
Francisco Valdez Ugalde, director general de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, asegura que la institución está enfocada en la investigación de alto rendimiento, que puede impactar en los problemas más apremiantes de la sociedad.
Carlos Reyes
cra19762003@yahoo.com.mx
Entrevistas
ENFRENTAR el espacio que ocupa, como una institución preponderante y de alto rendimiento, en el entorno académico nacional es un objetivo que la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) tiene muy claro.
Una plantilla docente del más alto nivel y una comunidad estudiantil de posgrado, que ha sido sujeta a los estándares y exigencias de calidad más elevados, son sólo parte de ese respaldo que la Facultad tiene para hacer frente al quehacer social.
Se trata de una institución que impulsa la diversidad entre sus estudiantes y sus investigadores, que ha madurado sobremanera en los últimos años y ha logrado un crecimiento gracias al esfuerzo continuo de todos los elementos que la conforman.
Para su director general, Francisco Valdez Ugalde, Flacso es un centro cuya labor se enfoca en la investigación de frontera y en aquellos ámbitos en los cuales las ciencias sociales puedan ser de utilidad a una sociedad que se debe acercar cada vez más a este sector.
Es aquí donde ubica uno de los aspectos a cuidar en los años por venir: contar con una proyección más sólida hacia la opinión pública, contribuir a romper ese sesgo que no concibe a las ciencias sociales como parte del acontecer científico y se les ubica por debajo de las ciencias exactas.
En entrevista con Campus, Valdez Ugalde también habla de sus planes y proyectos como encargado de la Flacso. Tiene el firme convencimiento de trabajar para que la Facultad extienda su oferta educativa y suba a lo que el llama “la nube cibernética” para que esté interconectada con las nuevas tecnologías y ofrezca servicios mucho más modernos, acorde con los nuevos instrumentos cibernéticos que se han insertado en la enseñanza y en el conocimiento.
Incluso, en sus oficinas de la Flacso, se da tiempo para aspirar a lo que sería una visión idónea: que la Facultad tuviera instalaciones en otras ciudades del país y con ello se pudiera expandir la investigación que ahí se desarrolla y que hoy da pie a la publicación de decenas de materiales muy útiles en el campo de las ciencias sociales.
Sabe que su periodo al frente de la Facultad es corto para ver cumplidas estas metas a largo plazo, sobre todo porque requieren de una inyección considerable de recursos, los cuales no han estado acordes con las implicaciones y la importancia que debiera tener esta rama del conocimiento.
Las ciencias sociales han restringido su actividad en los últimos años y en ese escenario Flacso tiene que mantenerse como un referente. Su director general lo asume así y afirma que la Facultad trabajará en ese camino.
El entorno de la facultad
A decir de Francisco Valdez Ugalde, Director general de la Flacso, se trata de una institución con un prestigio consolidado a nivel internacional, cuyo principal objetivo es formar científicos del más alto nivel y generar investigación en ciencias sociales de trascendencia e impacto.
Explica que Flacso México es parte de un proyecto continental, el cual arrancó cuando se fundó la primer sede académica en 1957, en Santiago de Chile, y posteriormente, en los años 70 se fundaron tres sedes más: Argentina, Ecuador y México. Actualmente Flacso cuenta con 12 unidades académicas en igual número de países. En todas ellas se oferta formación de posgrado, tal y como lo establecen los estatutos que le dieron vida a la facultad.
En el caso de Flacso México, su planta docente está conformada por 38 investigadores, quienes son los encargados de impartir los distintos programas que se ofrecen en la sede, organizados en 12 líneas de investigación. Actualmente se imparten tres maestrías: una en Población, otra en Ciencias Sociales, y una más en Gobierno y Asuntos Públicos, así como un doctorado en Ciencias Sociales.
Además hay otros programas semi presenciales como la maestría en Derechos Humanos y otra en Políticas Públicas Comparadas, así como otras actividades de menor alcance como los diplomados en Gestión del Medio Ambiente y varias especialidades en materia educativa.
Con esas cartas, la Flacso asume que el papel de las ciencias sociales se ha mantenido a lo largo de muchos años, desde el momento en que se desprenden de la filosofía y van siendo cada vez más específicas en su objeto de estudio.
Sin embargo, comenta el director general, quien es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), que “han cambiado los paradigmas con los que estudian las distintas disciplinas, así como el talante de los investigadores en torno a lo que debe ser el quehacer social, en este momento estamos en una época en la que este quehacer de las ciencias sociales busca explicar fenómenos complejos y concretos de la sociedad”.
En ese contexto, en el cual es necesario que el conocimiento generado por las ciencias sociales contribuya a la solución de esas inquietudes sociales, Flacso es una institución donde se enseña y se trabaja en una investigación que se aboque a ello.
“La institución es muy exigente y por esa razón pedimos que los estudiantes se dediquen completamente a sus estudios, a sus investigaciones, por eso el ingreso también es muy riguroso, se pone énfasis en la diversidad de los estudiantes, tenemos un porcentaje de alumnos no mexicanos cercano a 40 por ciento; lo mismo ocurre con la planta de profesores, cerca de 50 por ciento se trata de científicos sociales de América Latina”, comenta.
Por eso Valdez Ugalde habla de mantener la excelencia a través del esfuerzo constante, que tiene que ver, en primera instancia, con el rigor con el cual los investigadores plantean sus trabajos, con el hecho de que éstos tienen un elevado contacto con la comunidad científica internacional, y que publican en revistas y libros de la más alta calidad.
“Todas las materias que se imparten en Flacso, todos los programas que se imparten en la institución pasan por comités, son revisados y aprobados por éstos antes de ser impartidas; la exigencia es muy fuerte, en el caso de los alumnos también, cada trimestre tienen que demostrar un alto rendimiento”, puntualiza.
En la actualidad, añade el director general de la Facultad, la institución ha consolidado su planta académica, ha fortalecido sus actividades centrales cualitativa y cuantitativamente, lo cual es atribuido a cada uno de los que integran la Flacso, pero también a quienes han dirigido con anterioridad la institución.
Pero sobre todo, considera el también investigador, por el esfuerzo continuo y permanente de llevar a la institución al mejor nivel posible. Y hacia allá apunta su plan de trabajo al frente de la facultad.
Las líneas de trabajo
Al hablar de su plan de trabajo como director general de la Facultad, Valdez Ugalde comenta que se enfoca en varias áreas en las cuales considera que la Flacso debe redoblar los esfuerzos realizados hasta ahora, como es el caso de la formación docente, donde el énfasis estará en que los programas de formación obtengan los reconocimientos nacionales e internacionales más destacados.
“Desde el punto de vista de la evaluación de sus contenidos, de sus resultados y de su dinámica, hay que llevar todos los programas a nivel internacional, ubicarlos en el Padrón de Excelencia del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, es una de nuestras prioridades”, explica.
En el caso de la formación de los estudiantes, el director general de la Facultad señala que se busca trabajar en un reclutamiento de primer nivel con la idea de que surjan, tanto en maestría como en doctorado, trabajos de tesis de nivel internacional, que impacten en el conocimiento, en concursos y premios.
“En el plano de la investigación, mi énfasis está puesto en que las líneas de investigación sean de frontera, creo que todos están trabajando en proyectos de investigación de relevancia, generando resultados relevantes y el resultado evaluativo sigue siendo un indicador de que la institución tiene un buen nivel académico.
“Me interesa mucho la proyección de lo que se hace en Flacso hacia el público en general, hacia las instituciones, tenemos muchas cosas qué decir, hay mucha materia para hablar y aunque somos conocidos en la comunidad científica nacional e internacional, no siempre nos permite distinguirnos entre otras instituciones de mayor peso o tradición en México”, comenta.
Por ello, Valdez Ugalde, quien es maestro en Ciencias Sociales por la propia Flacso, adelanta que la Flacso buscará una inmersión más decidida en las nuevas tecnologías de la información, tales como al acceso a libros y artículos electrónicos, la proyección de la docencia y la oferta educativa a través de las nuevas herramientas del conocimiento.
“Estamos promoviendo una modernización de los recursos bibliográficos, aquí todavía podemos hacer esfuerzos adicionales para mejorar nuestro stock bibliográfico, incrementar nuestra capacidad de publicación no sólo a partir de los métodos tradicionales, sino por medios electrónicos, ya estamos explorando este camino de manera muy concreta”, considera.
En ese orden, señala que la Flacso tendrá que avanzar en su consolidación y subirse “en la nube cibernética”, que pueda estar inserta en el conocimiento abierto, en la enseñanza con nuevas tecnologías, en métodos nuevos de investigación.
Hay que continuar, dice, en la inserción de estas tecnologías para que el conocimiento generado por la planta docente y los egresados de la Facultad se pueda intercambiar de manera más eficaz con otras instituciones de educación superior y posgrado del país y de la región, e incluso llegar hacia la sociedad en general que desee tener acceso a estas investigaciones.
“Me gustaría avanzar en una interconexión también con el resto de las Flacso, en materia de intercambio académico, estudiantil, somos diez unidades académicas y tenemos programas doctorales y de maestría, que los estudiantes vayan y vengan a tomar cursos, esto se puede dar a través de la educación a distancia, no es necesario estar en el lugar en el que se enseña, en eso queremos avanzar, en un esquema más flexible de generación y difusión del conocimiento”, enfatiza Valdez Ugalde, quien llegó al cargo en mayo de este año, luego de que la Asamblea de la institución así lo dictaminara.
Al mismo tiempo, apunta, uno de los objetivos es que la producción editorial de la Facultad, en las principales líneas de investigación, como sociología y ciencia política, sea un referente para otros investigadores e instituciones en el país y en Latinoamérica.
Actualmente, las líneas de investigación que cubre Flacso son Decisiones y evaluación de programas de gobierno; Discurso e identidades en América Latina y el Caribe; Educación, políticas públicas y mundo del trabajo; Estado de derecho, derechos humanos y democracia; Familia, género, grupos de edad, salud; Instituciones, políticas públicas y acción colectiva; Integración y dinámica socio-económica latinoamericana; Población, medio ambiente, migración; Procesos políticos, representación y democracia; Reformas institucionales, políticas públicas de trabajo y bienestar; Sociedad civil, diversidad y multiculturalismo en América Latina y el Caribe; y Sociedad del conocimiento, innovación, redes.
En todas ellas, dice el director general de la Flacso, la Facultad debe incidir en la vida académica, educativa y social del país.
La labor de las ciencias sociales
Para el doctor en Ciencia Política por la UNAM, las ciencias sociales en el país se enfrentan a un sesgo que viene de la opinión más extendida y menos conocedora de la realidad de la ciencia, el cual relaciona y limita el quehacer científico a las ciencias duras y se olvida de que las ciencias sociales también forman parte de ese entorno.
“Incluso algunos científicos suelen caer en esa falsa concepción, de que la ciencia de la sociedad no es tal, cuando en realidad hablamos del conocimiento científico; es una visión limitada de la ciencia, es una idea de historieta, pensar en el científico sólo porque está en un laboratorio, es una visión generalizada en el mundo, donde las ciencias sociales son inferiores porque se cree que tienen un rigor metodológico menos exigente que el de las ciencias de la naturaleza”, explica.
Una visión que va acompañada de un enfoque que ha centrado buena parte del desarrollo científico en las ciencias de la naturaleza, lo cual impacta en la asignación de presupuestos y en las inversiones que se hacen para fomentar la investigación en el país y a nivel mundial.
“Y la razón es muy simple: vivimos en una sociedad que todavía está más preocupada en resolver sus problemas materiales que en entenderse a sí misma, una sociedad en la que la técnica es mas importante para producir, para generar riqueza, que para la solución y entendimiento de los problemas que afectan a la convivencia humana y a eso se dedican las ciencias sociales, a un aspecto que históricamente ha sido menos favorecido”, sostiene el investigador.
Por ello la labor de Flacso cobra mayor relevancia porque se trata de una institución con 35 años de trayectoria en la generación del conocimiento, con un impacto en universidades de América Latina y del país, en la enseñanza, lo cual le ha dado un sello que ya es muy característico.
Ahora, dice Valdez Ugalde, quien es miembro de la Academia Mexicana de Ciencias y de la Organización Americana de Historiadores, es momento de pensar en expandir la oferta de posgrados a través de otras unidades en otras ciudades del país.
“Es otra aspiración que está pendiente, pero está más allá de un plan de trabajo porque es a largo plazo y se requiere de recursos y decisiones que no dependen de la sede académica; por eso uno de los pendientes de la Flacso buscar mayores recursos para el desarrollo de investigaciones de alto impacto.
“No es lo mismo un estudio de gabinete sobre política pública, sistemas políticos o movimientos sociales, que se haga con fuentes secundarias, que un estudio comparado sobre derechos humanos con datos primarios, donde se requiere viajar, conseguir información, hacer encuestas, entrevistas, son actividades que requieren de recursos”, explica.
De ahí que un incremento en los ingresos puede ayudar a que la contribución de la Flacso, en la generación del conocimiento y el entendimiento de la realidad, pueda ser mucho mayor al que actualmente tiene.
“En las últimas décadas, las ciencias sociales han visto restringido su crecimiento de manera importante por las reducciones presupuestales, por las crisis económicas y porque, obviamente, entre más fuerte es la necesidad las prioridades cambian, y hay actividades que a veces se consideran erróneamente accesorias porque no van directamente al bolsillo o al estómago.
“El beneficio de las ciencias sociales en la sociedad será mucho más elevado en la medida en que se asignen recursos mayores; no existe la suficiente masa crítica de investigadores dedicados a las ciencias sociales que pueden anticiparse a problemas como la migración, la violencia, la trata de personas, la delincuencia, en fin, eso tiene que ver en cómo una sociedad invierte o no sus recursos”, finaliza.
Fuente: Campus Milenio
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