Arrogancias y fantasmas del gobierno

ARROGANCIAS Y FANTASMAS DEL GOBIERNO

Por: JAIME PAREDES CALLA

“No hay peor ciego que aquel que no quiere ver, ni peor sordo que aquel que no quiere escuchar”, ésta es la expresión que dibuja de cuerpo entero a quien por descarte electoral está ocupando la primera magistratura del Perú.

La fijación anticomunista del Presidente Alan García es el pretexto para eludir la solución a los problemas que aquejan a nuestra patria, y es que a quienes -como en el caso de Palacio de Gobierno- no tienen más argumentos, solamente les queda apelar al “argumentum ad hominem”, falacia lógica que implica responder a una afirmación refiriéndose a la persona que lo formula, en lugar del argumento por sí mismo.

Que hay dirigentes sociales y políticos de marcada tendencia izquierdista que están participando en las últimas movilizaciones en rechazo a las acciones de gobierno central es cierto, pero manifestar que quienes cuestionamos la dirección económica del gobierno somos “comunistas o de alguna ideología sepultada por la historia” es francamente delirante y jalado de los cabellos.

Sorprende que el APRA con toda la trayectoria política que se precia tener y con un gobernante como Alan Damián García Pérez (quien según algunos sectores conservadores ha madurado en relación a la experiencia de su primer gobierno) esté cometiendo los mismos o peores errores.

La combinación de los “fantasmas” que ve el gobierno junto con la arrogancia del Presidente de la República son verdaderamente una fórmula perfecta que aviva las protestas a lo largo y ancho de nuestro territorio nacional. En el caso particular de Arequipa debemos hacerle recordar al señor García Pérez que el denominado “arequipazo” no estalló únicamente porque la población se opusiese a la privatización de la empresa EGASA y EGESUR, sino porque hubo declaraciones infelices de algunos ministros y del propio Dr. Alejandro Toledo, mandatario en aquel entonces.

Las ofensivas y mordaces expresiones del Presidente Alan García son una de las principales causas del incremento de la violencia que se ha extendido durante las últimas semanas, basta escuchar en los medios de comunicación radial las reacciones de protesta de ciudadanas y ciudadanos para concluir que la violencia verbal presidencial caldea más los ánimos y no contribuye a generar el “clima de paz” reclamado por el propio gobierno central.

Alguien en el Partido Aprista Peruano, ¡alguien por favor!, hágale recordar al Presidente de la República que su llegada al gobierno no correspondió a una apuesta política de la mayoría de la población, sino que obedeció al pánico desatado por otro candidato presidencial y que la consigna de gran parte del electorado fue la votación por el mal menor; algún “compañero” también dígale también, que mientras no cumpla sus promesas electorales, las protestas ciudadanas no cesarán, ¿alguien en el APRA puede fungir de sincero consejero presidencial?.

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