Europa
mendiga dinero a Latinoamérica
Escribe:
Vicky Peláez
Nada es
permanente a excepción del cambio (Heráclito, 536 a.C.-484 a.C.)
“Como
cambian las cosas Venancio qué te parece”, dice una canción típica y, aquí
en este continente tenía que pasar más de 500 años para que veamos cómo
un presidente latinoamericano recibía a su homólogo español con la frase
“bienvenido a un mundo mejor”.
Y es
que América Latina goza hoy nuevamente
de la bonanza mientras Europa y los Estados Unidos se hallan en declive y viven una crisis espantosa. Ocurrió hace unos
días, durante la primera cumbre de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) con la Unión Europea (UE), cuando con
estas palabras el presidente de Chile Rafael Piñeira, que era el anfitrión de
la reunión, saludó al presidente de España, Mariano Rajoy.
Durante
estos largos cinco siglos, Europa saqueó
a la América Latina dejándola finalmente con “las venas abiertas” y a merced
del “Patrón del Norte” que hizo de ella su “patio trasero” atrasado,
perpetuándolo además en el “desarrollo de su subdesarrollo”. Sin embargo, el
mundo está creado de tal forma que todos los procesos socio económicos están en
permanente cambio y finalmente llegó el momento cuando “el patio trasero” terminó con la dependencia y se aboca a
construir sobre sus escombros un nuevo conglomerado de Estados y emprende un dinámico camino de integración
latinoamericana. La formación de la Alianza
Bolivariana para Nuestros Pueblos de América (ALBA) en 2004, de la Unión de Naciones Suramericanas
(UNASUR) en 2008 y la CELAC en 2011 dio un nuevo impulso a este proceso
integracionista, iniciándose un cambio de época en América Latina.
Según
la subsecretaria general de la ONU y directora asociada del Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Rebecca Grynspan,”los países de esta
región son un ejemplo para el resto del mundo. Esta es una de las zonas del
planeta que han logrado un crecimiento económico muy marcado, con una fuerte
reducción de la desigualdad.
Latinoamérica es un ejemplo del crecimiento con equidad”. Los últimos pronósticos del
Fondo Monetario Internacional (FMI) y de la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (SEPAL) del crecimiento económico en la región para 2013
indican que Brasil crecería el 4 por ciento, México el 3.5%, Argentina el 3.9%,
Colombia entre el 4.3 y 4.5%, Venezuela el 3.3 - 4%, Chile el 4.4 – 4.8%, el Perú
crecería alrededor del 6 por ciento, Bolivia se expandiría entre 4.6 y 5.1%, el PBI de Cuba alcanzaría
el 3.5 por ciento, Ecuador crecería el 3.9 por ciento y el PIB del Uruguay
subiría al 4 por ciento.
Mientras
América Latina está en proceso de expansión económica, la Unión Europea junto
con los Estados Unidos están tratando desesperadamente de salir de la severa crisis económica, sin encontrar hasta ahora los remedios compatibles
con su modelo neoliberal que hace empobrecer cada día más a la mayoría de su
población pero que enriquece a la minoría con las riendas del poder. La
situación en Europa está llegando a tal extremo que los grandes productores de
automóviles como Mitsubishi, Opel y Fiat
están cerrando sus fábricas en la Unión Europea. Las otras corporaciones como
Peugeot, Ford y GM están preparándose para tomar las mismas medidas. Y esto
está sucediendo en la región donde se produce uno de cada cuatro automóviles
ensamblados en el mundo. Actualmente en
Europa hay cerca de 30 millones de desocupados y se prevén nuevos despidos.
El
reciente Foro económico Mundial celebrado en Davos, Suiza no logró un consenso
respecto a qué hacer para salir del túnel
de la crisis. Las propuestas fueron las mismas: suavizar controles
arancelarios, recortar salarios, eliminar programas sociales, disminuir
préstamos a los estudiantes universitarios y sobre todo crear condiciones para
maximizar las ganancias de los grandes inversionistas y especuladores
financieros. A nadie de los 1.500 empresarios, gobernantes y autoridades
financieras reunidos en este 43 Foro Económico Mundial les preocupó la
perspectiva de que el número de desocupados que actualmente alcanza 202
millones seguirá creciendo en los próximos años, ya que no se espera que la
crisis termine antes de 2017.
Dadas
estas condiciones, la primera reunión CELAC – UE ha sido considerada en Europa
como una oportunidad para recurrir a los recursos latinoamericanos y encontrar
socios que le ayuden a superar la crisis que arrancó en 2007. Europa ha sido el
primer socio comercial de América Latina, pero el intercambio siempre ha sido
desigual y combinado. Las corporaciones europeas, igual como las
norteamericanas, impusieron sus leyes no
escritas a los dóciles gobernantes latinoamericanos. Venezuela, Ecuador, Bolivia
y Argentina tuvieron que tomar drásticas medidas, recurriendo a la
nacionalización para tener mayor acceso a sus
recursos naturales.
En
otros países como Colombia, Chile y el Perú las corporaciones europeas siguen
su práctica de maximizar sus ganancias y
minimizar el aporte financiero a los países donde están operando. Mientras China condicionó a Europa su ayuda económica a cambio de la
compra de la infraestructura productiva, cosa que se negaron los europeos, Perú vuelve
a ser imprudentemente “dadivoso”. En un reciente artículo, la periodista
peruana Melissa Pérez puso en evidencia cómo el gobierno “nacionalista” de
Ollanta Humala “perdonó” casi 2.000 millones de dólares en impuestos a la
renta, no pagados por la corporación española “Telefónica” y renovó el contrato
con esta compañía por 18 años más a cambio de la promesa de 1.200 millones de
dólares en inversión en la red telefónica nacional. El presidente de España,
Mariano Rajoy se quedó tan satisfecho que vino a dar las gracias en persona, anunciando
“el momento extraordinario” en la relación bilateral. Por supuesto, este gesto
generoso del gobierno peruano es un alivio para España en quiebra, pero al
mismo tiempo es una desventaja para la economía peruana.
Precisamente este tipo de relaciones desiguales entre
Europa y América Latina denunció el presidente del Uruguay, Pepe Mujica en el
Foro CELAC cuando dijo que “la culta UE es uña y carne de los EE.UU., ellos son
una sola unidad cuando especialmente explotan y destruyen pueblos y naciones
como Irak, Afganistán, Libia, etc., y también cuando hacen coro para amenazar a
Irán y otras naciones. En esencia esa es la Unión Europea que hoy en día hace todo lo posible para
hacer recaer su crisis y su desbarajuste
económico sobre las espaldas de sus respectivos pueblos en lucha, para
favorecer a los banqueros y además viene presurosa a Latinoamérica, tratando de
consolidar ayuda de sus socios, como el presidente de Chile”. Cabe agregar a
esto, que Europa jamás ayudó a ningún país latinoamericano para superar sus
problemas económicos, muy al contrario siempre se aprovechó de la situación.
Recientemente
el ministro de trabajo francés, Michel Sapin declaró que en Europa “el Estado
existe pero en completa bancarrota”. En estas condiciones la Unión Europea
busca desesperadamente las salidas de la crisis, echando el ojo a América
Latina con el pretexto de convertirla en una economía complementaria y no
competitiva aprovechándose de sus recursos naturales y su capital. Para
lograrlo el presidente del Consejo
Europeo Herman van Rumpoy está tratando de convencer a los gobiernos de Perú,
Colombia y América central de la ventaja de tratados de libre comercio con
Europa.
Sin embargo, detrás de las promesas europeas
del bienestar y prosperidad de los tratados libres bilaterales (TLB) está el
frío cálculo de los gobernantes europeos de “saquear de nuevo a América
Latina”, como lo dijo Evo Morales. Los
TLB, según los especialistas Andres Asiain y Lorena Putero, “son instrumentos
de coloniaje económico” y no son en realidad tratados bilaterales sino
unilaterales que “facilitan la extranjerización de la economía sin el esperado despliegue de la inversión
prometida”. En Argentina entre 1991 y 2001 el 56 por ciento de la inversión
extranjera se dirigió a la compra de las empresas preexistentes.
Los
gobernantes latinoamericanos saben perfectamente esa realidad y la mayoría de ellos no están
de acuerdo, según la presidenta de argentina Cristina Fernández, para que
“Europa le transfiera a América Latina el peso de su crisis”. La esperanza de
Europa de obtener de los países latinoamericanos una promesa durante la primera reunión CELAC
– UE comprometiéndose a terminar con las
políticas proteccionistas,
abstenerse de la nacionalización
de las empresas en manos extranjeras,
erradicar el control de la divisa y rebajar los impuestos, no se hizo
realidad. La declaración final de 48 puntos resultó ser ambigua conteniendo más
retórica que proyectos y planos concretos.
Europa
y América Latina tienen en este momento
diferentes destinos. La primera, a medida que se está agravando su
crisis económica, se está volviendo cada
vez más agresiva y belicosa involucrándose en las guerras en el Medio Oriente,
Asia y África, como si se le despertara
de nuevo su instinto colonial y su criatura armada, la OTAN está tomando mayor interés en América
Latina, mientras este continente busca su nuevo destino a través de la
integración, solidaridad y la paz.
Ante
todo esto, que Latinoamérica esté alerta y analice por ejemplo que tanto los
presidentes de Italia y Francia, Silvio Berlusconi y Nicolas Sarkozy eran
amigos íntimos de Libia y recibieron millonarias dádivas de Muamar Gadafi pero,
estos no dudaron en destruir ese país y abalar el asesinato del presidente para
apoderarse de sus recursos.
Fuente:
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