Recordando a Pedro Huilca Tecse
Escribe: Otra Mirada
Un día como hoy, hace 20 años, el dirigente sindical Pedro Huilca fue
asesinado en la puerta de su domicilio. Huilca, quien como joven obrero se
había afiliado a la Federación de Trabajadores de Construcción Civil, ostentaba
en ese momento el cargo de Secretario General de la central obrera más
importante de nuestro país, la CGTP.
Como se sabe, con la llegada de Alberto Fujimori al poder se puso en
marcha uno de los programas de ajuste estructural neoliberal más duros en
América Latina. Durante 1991 el gobierno fujimorista promulgó un conjunto de
leyes que no sólo facilitaban los despidos laborales y reducían los derechos de
los trabajadores, sino que atentaban directamente contra las organizaciones
sindicales. Entre otras medidas, este paquete de leyes permitió la
tercerización laboral (conocidas como services), la aparición de los contratos
a plazo fijo, temporal y los conocidos como servicios no personales. Además,
debilitó las negociaciones colectivas y ello trajo diversas consecuencias. Ante
este panorama las movilizaciones sindicales contra el gobierno fujimorista se
sucedían unas a otras.
Con el golpe de Estado, Pedro Huilca junto con la CGTP y otras
organizaciones sindicales se presentaron ante múltiples organismos
internacionales con el fin de condenar el golpe y dar a conocer las políticas
anti-laborales del gobierno del hoy reo Fujimori. Ya en 1992, Huilca, en su
calidad de Secretario General, convocó a un conjunto de movilizaciones, así
como a un paro general en julio de ese año. A través de las páginas del diario
La República el sindicalista retó públicamente al entonces dictador Fujimori:
“¿Por qué nos tiene miedo Fujimori? No dicen por ahí que los sindicatos estamos
de capa caída? Yo desafío a Fujimori a que me otorgue el permiso para realizar
un mitin en la Plaza 2 de mayo y convocar a 200 mil trabajadores. Este es mi
reto y le demostraré que este mitin será el verdadero plebiscito del que tanto
habla la dictadura.”
Finalmente, en diciembre de ese año Huilca participó en la Conferencia
Anual de Empresarios (CADE) y en su alocución demandó la realización de un gran
pacto nacional que incluyera a los trabajadores duramente golpeados por las
leyes del fujimorismo. En ese mismo encuentro habló también Fujimori y como
relató en ese momento la revista Oiga, señaló “‘el consenso (nacional) lo hemos
construido todos juntos desde 1990. Poco a poco han surgido y siguen
apareciendo las grandes estructuras sociales
del verdadero Perú profundo’. En
ese instante Fujimori levantó la mirada al auditorio y dejando de leer, señaló
‘Este ya no es el país donde mandan las cúpulas de la CGTP o el SUTEP, o las
huestes de Sendero Luminoso y el MRTA, o los caciques de los partidos
tradicionales’. El mensaje era directo contra Huilca, allí presente.”
Dos semanas después de dicha advertencia, Huilca sería asesinado en la
puerta de su casa en el distrito de Los Olivos. Inicialmente la acción fue
reivindicada por Sendero Luminoso y, luego, dos investigaciones independientes
del Congreso de la República han ratificado que fue el escuadrón de la muerte
conocido como Grupo Colina quien ejecutó a Huilca. Actualmente, la causa del
asesinato del dirigente sindical viene siendo investigada en el Poder Judicial
con el fin de individualizar las responsabilidades tanto materiales como
intelectuales de dicho crimen.
Huilca fue asesinado por defender los derechos de los trabajadores de
este país, por ser un obstáculo a las ideas neoliberales y a la dictadura
fujimorista, por ser un activo miembro del frente Izquierda Unida.
Por estas razones desde Otra Mirada nos unimos al homenaje que rinde
hoy el Municipio de Lima al dirigente sindical y militante político Pedro
Huilca. Asimismo, el día es propicio para recordar que la Ley General del
Trabajo, norma principal que regula los derechos de los trabajadores y sus
relaciones laborales, está encarpetada desde hace tres gobiernos. Así como
durante la campaña el Presidente Humala ofreció aumentar el salario mínimo,
también se comprometió a promulgar dicha ley. Hoy que se celebra un año más del
asesinato de Pedro Huilca por la defensa de los derechos de los trabajadores,
es una buena ocasión para recordar esa promesa hasta hoy incumplida.
Fuente: Otra Mirada
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